En rueda de prensa, padres de familia denunciaron violencia en un Guagua Centro de Quito, este jueves 13 de junio del 2019. Fotos: Julio Estrella / EL COMERCIO
Los padres de familia que denunciaron violencia en un Guagua Centro de Quito contaron los traumas que actualmente viven sus hijos, luego de ser obligados a comer de forma violenta y de recibir otro tipo de agresiones. Lo hicieron en una rueda de prensa que se realizó en el Consejo para la Igualdad Intergeneracional, este jueves 13 de junio del 2019.
El hijo de casi 3 años de Julia (nombre protegido) ahora se encuentra en otro Guagua Centro que, asegura, es muy bueno. Su hijo aparece en un video en el que es obligado a comer. Relata que cuando el niño acudía al Guagua Centro Vista Hermosa llegaba con los cachetes rojos y, en una ocasión, llegó con la cabeza rota. En el centro infantil municipal le dijeron que el niño resbaló pero su pequeño le contó que “la profesora le daba con el martillo en la cabeza”. No sabe exactamente con qué objeto le golpeaba, pero le cree a su hijo.
Tanto ella como otros padres de familia aseguran que sus niños presentan actitudes extrañas como miedos ante varias actividades. Que no pueden dormir, se despiertan a la madrugada, tienen pesadillas y se ponen nerviosos a la hora de comer. Además, en todos los casos, pese a que los niños ya avisaban cuando querían ir al baño, hoy ya no controlan sus esfínteres. Los padres de familia aseguran que al escuchar que es la hora de comer los niños “se hacen pipí y popó del susto”.
Los padres aseguran que esto se debe al miedo que adquirieron en esos centros. A Jorge (nombre protegido) se le quiebra la voz al contar la situación de su pequeño de 2 años. “Entregar a nuestros seres más queridos a personas que supuestamente tienen que cuidarles y ver que les ponen en esa situación es algo inhumano”, dice.
Por esa razón piden apoyo psicológico para sus pequeños, dicen que cuando se despiertan en las noches no saben cómo ayudarlos.
Además exigen que las personas responsables de las agresiones a sus hijos sean sancionadas, ya que -señalan- estas personas fueron reubicadas en otros centros, mientras que sus hijos no han sido reparados de modo integral.
Los padres aseguran que luego del cierre del Guagua Centro Vista Hermosa sus hijos fueron reubicados pero les cobran USD 2,50, alegando que son “niños extras” que no se consideraron dentro del presupuesto y se requiere ese monto diario para cubrir su alimentación.
El Guagua Centro Vista Hermosa se cerró pese a que la disposición de la Junta de Protección de Derechos de la Niñez dispuso que debe seguir funcionando, indicó Sybel Martínez, vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos de Quito. La Junta también dispuso la suspensión de la parvularia supuestamente involucrada en las agresiones y de la coordinadora del Guagua Centro.
Martínez indicó que este jueves se reunirá con 40 padres de otro Guagua Centro, en donde podría estar sucediendo algo similar.
Nicolás Reyes, secretario técnico del Consejo para la Igualdad Intergeneracional, dijo que enviaron un oficio al alcalde de Quito, Jorge Yunda, en el que solicitaron, entre otras medidas, capacitación a los educadores de esos establecimientos, revisión a los procesos nutricionales y a la infraestructura.
Los padres acudieron ayer, miércoles 12 de junio, a la Fiscalía pero su denuncia no fue receptada. Les indicaron que “ya pasó mucho tiempo y sus hijos no tienen señales de violencia”.