Silvia Patricia Pabón cuenta que cuando encuentra una nueva orquídea la fotografía y consulta sobre género y especie. José Luis Rosales/EL COMERCIO
Silvia Patricia Pabón descubrió su gusto por las orquídeas hace cerca de dos décadas. Ella reside 36 de sus 56 años en la comunidad Santa Rita, parroquia Lita, situada en el noroccidente de Ibarra, y dirige el Orquideario El Santuario.
El nombre del orquideario surgió tras un calificativo que dio un viajero alemán, al comentar que nunca antes había visto tantas variedades juntas en un solo lugar.
El Santuario forma parte de una de las seis rutas turísticas de las orquídeas que se implementó en el país, en el 2019, por parte del Ministerio de Turismo. Este orquideario es parte de la ruta Norte; las otras están en el Chocó Andino, Centro Amazónico, Centro Occidental, Sur Occidental y Sur Amazónico.
Hay coleccionistas de varios continentes que se interesan por conocer los sitios en donde crecen estas plantas.
La familia de Pabón además posee una propiedad de 400 hectáreas, que son conservadas bajo el programa estatal Socio Bosque.
Las primeras especies fueron colectadas por Ana Pabón, hermana de la emprendedora. En el trayecto de la casa a su finca, que tiene una distancia de 10 kilómetros, halló algunas especies de orquídeas y bromelias que dejaban al descubierto la tala de árboles.
Silvia Patricia escogió 10 especies que más le llamaron la atención y empezó a cultivarlas. Confiesa que nunca antes había sembrado nada, pero empezó a reproducirlas y a intercambiarlas con orquídeas de esta zona.
Ahora poseen unas 2 000 plantas. Ahí constan 50 géneros de orquídeas, entre ellas paphinia, gongora, zootrophion, cattleya.. En el país hay 280 géneros y 4300 especies.
En El Santuario se interesan por rescatar la mayor cantidad de orquídeas de esta zona como Paphinia litensis y Chodroscaphe litensis.
Algunas de ellas han sido descubiertas por Alexander Hirtz, que ha realizado investigaciones en la zona desde hace más de tres décadas. “El cultivo de El Santuario es todo un espectáculo”, comenta Hirtz.
Algunas de esas matas guardan una historia. Una del género Zootrophion, por ejemplo, floreció a los 10 años de haberla rescatado. Luego de varias consultas conoció que fue bautizada como Zootrophion Ximena. Esta especie fue descubierta por Hirtz en la comunidad de Parambas, por lo que la inscribió con el nombre de su esposa.
En este jardín botánico también se adaptan plantas de otras regiones del país, como la Cattleya maxima, de Manabí. Igualmente cuenta algunas variedades emblemas de provincias como la Paphinia herrerae, de Zamara; Benzingia hirtzii, de Carchi; Schomburgkia, de Imbabura.
Por investigación reciben a viajeros extranjeros y a estudiantes de universidades de Ibarra y Quito.
Para mantener el sitio comercializan otro tipo de plantas, como anturios, begonias, violetas africanas, captus, que los reproducen en un vivero con sustratos orgánicos.
A los ecuatorianos les llama más la atención las orquídeas híbridas porque son plantas grandes y la duración de su flor varía de dos a cuatro meses. En el caso de las especies nativas es de 1 a 60 días.