Militares y agentes metropolitanos recorren las zonas del Centro Histórico de Quito consideradas críticas por la inseguridad. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Diez operativos se realizaron el lunes 31 de agosto de 2020 en el Centro Histórico de Quito, como parte del Plan Operativo Emergente para combatir la inseguridad. En estos intervino personal de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, las agencias metropolitanas de Control (AMC) y Tránsito (AMT), así como los agentes metropolitanos y la Secretaría de Inclusión del Municipio.
El objetivo -según César Díaz, secretario de Seguridad del Municipio- es precautelar la seguridad y protección ciudadana en ese sector ya que la gente se encuentra consternada por los hechos delictivos reportados allí. Los que causaron mayor conmoción fueron los asesinatos de dos personas en apenas cuatro días, el 14 y 18 de agosto. Por eso, los vecinos y dueños de locales organizaron dos plantones de protesta en contra de la delincuencia.
De hecho, ellos convocaron a otra manifestación para las 10:00 de hoy, martes 1 de agosto de 2020, en la Plaza de San Francisco. Reclaman “por la grave situación que estamos viviendo en rechazo al manejo equivocado en materia de seguridad y movilidad por parte de las autordidades”, se indica en la convocatoria.
Hasta las 17:00 de ayer (31 de agosto), las autoridades retiraron a 37 libadores, emitió siete sanciones por mal uso de salvoconductos y 19 notificaciones por no uso de mascarilla. También desalojó a 215 vendedores informales y controló 62 aglomeraciones en espacios públicos.
¿En qué consisten las intervenciones? Desde las 07:00, camionetas con militares y agentes metropolitanos recorren las zonas consideradas críticas por la inseguridad como las calles Rocafuerte, Bolívar, Chile y la avenida 24 de Mayo. También La Marín, El Panecillo y las inmediaciones del Centro Comercial Hermano Miguel localizado en la vía Mejía.
Los acompañan patrulleros y motorizados de la Policía Nacional. En La Marín, los uniformados paraban a los vehículos para revisarlos y pedían la documentación a los conductores. Hacían cacheos a los transeúntes que caminaban en actitud sospechosa. Mientras caminaban, los metropolitanos solicitaban a la gente que respeten los distanciamientos y utilicen mascarillas.
Los uniformados revisan los vehículos y piden la documentación a los conductores. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los policías pedían los números de cédula a los peatones para revisar en su sistema informático si tenían o no antecedentes penales.
Los militares portan armas disuasivas. Los transeúntes y comerciantes apoyaban su trabajo. “Es muy bueno que nos ayuden porque hay demasiada delincuencia. El problema es que los ladrones vuelven luego de que se van los soldados”, dijo el vecino Gonzalo Arcentales en La Marín.
El coronel Camilo Sarabia, comandante del distrito Manuela Sáenz al que pertenece el Centro Histórico, indicó que 500 uniformados colaboraron en las incursiones en las zonas más críticas del casco colonial. “Lo de hoy fue un refuerzo de los operativos de seguridad denominados Libertad y Destello 6 que se realizaron en días anteriores para combatir a la delincuencia”.
Las intervenciones se realizarán hasta el 6 de septiembre en los cuatro cuadrantes o zonas que definió el Municipio. Estos van desde la avenida 24 de Mayo hasta la Mariscal Sucre, Velasco Ibarra, Pichincha, 12 de Octubre y Queseras del Medio, Gran Colombia y una parte de la 10 de Agosto.
Gabriela Quiroga, secretaria de Inclusión, indicó que con su personal colaboraron en los controles de espacio público durante la jornada de hoy. “Se prevé abrir, la próxima semana, un nuevo hogar de paso nocturno para los habitantes de calle”. Hasta eso, quienes no tienen un sitio donde descansar pueden acudir a la Casa del Hermano, situada en la 24 de Mayo.
En la actualidad -indicó la funcionaria- hay cerca de 120 personas que viven en la calle y se busca ayudarlas. También se trabajó con 40 ecuatorianos que se encontraban en situación de migración interna. “Se les colaboró con un retorno planificado y organizado a sus provincias de origen”.
Para la concejal Luz Elena Coloma, los operativos que comenzaron ayer son necesarios para combatir a la inseguridad, pero deben ser permanentes. No obstante, las autoridades municipales deben dar prioridad a la reactivación económica para que el Centro tenga más visitas y buscar una solución al tema del vallado en los exteriores del Palacio de Carondelet.
A su juicio, una solución es emitir una ordenanza de reactivación para los locales que funcionan en el sector. “Esto tiene que ver con tributos y exenciones por ley, pero eso debe venir desde la Alcaldía”.