Los niños asesinados en Ambato serán enterrados este 15 de diciembre de 2019

El velorio de los hermanos Alexander y Damaris se realizó ayer en una cancha cerca de su vivienda en Ambato. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

El velorio de los hermanos Alexander y Damaris se realizó ayer en una cancha cerca de su vivienda en Ambato. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

El velorio de los hermanos Alexander y Damaris se realizó el sábado 14 de diciembre de 2019 en una cancha cerca de su vivienda en Ambato. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

En la comunidad de Totoras, Tungurahua, se enterrará este domingo 15 de diciembre de 2019 a los dos menores de edad que fueron asesinados en una parroquia de Ambato. El sepelio está previsto que se inicie a las 15:00.

Los hermanos Alexander, de 14 años, y Damaris, de 10, perdieron la vida en un ataque violento que se produjo en su casa, cuando sus progenitores no estaban. Los cuerpos sin vida fueron hallados el viernes 13 de diciembre en la mañana y se iniciaron las investigaciones policiales.

El velatorio se desarrolló en su vivienda, el sábado 14 de diciembre de 2019. La abuela de los niños, Lucrecia Pilataxi, no paró de llorar mientras hablaba de sus nietos, durante el funeral. Para ella, se debe investigar a un trabajador que fue el único que conocía que los niños iban a quedar solos la noche del jueves 12 y madrugada del viernes 13 de diciembre de 2019.

Los padres y otros familiares viajaron a Ibarra (Imbabura) por mercadería. Se dedican a la venta de frutas. “Hay una cámara en la que se lo ve (al trabajador) que viene de noche y entra. Yo no sé qué les habrá dicho para que le abran la puerta”, señaló.

El trabajador, que fue contratado para colocar piso flotante en una de las habitaciones, no contesta el celular y tampoco se encuentra en la dirección que había dado a la familia. Según la abuela de los menores, él ya trabajó en los arreglos de muebles de la vivienda, hace tres años. Por eso cree que los niños se confiaron de su presencia en la noche.

El parte policial indica que uno de los cuerpos presentaba golpes en el cuerpo y la cabeza y el otro tenía un corte con arma blanca en el cuello. Los uniformados dijeron que la escena del crimen y los cuerpos habrían sido alterados.

La agente fiscal Susana Llumiquinga descartó el robo de la vivienda. “Hay varias hipótesis sobre este asesinato y hasta se presume que fue una venganza”, dijo la investigadora. Las seguridades de las puertas de las casas no tenían señales de haber sido forzadas.

Por su parte, el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, se solidarizó con la familia. En un comunicado señala que se activaron los protocolos para acompañar y atender a la familia por este hecho.
Las unidades educativas en las que estudiaban las víctimas enviaron notas de pesar.

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