El hambre se cierne sobre comunidades de Nicaragua y Centroamérica

Las Canoas a 60 km de Managua. Foto: AFP

Las Canoas a 60 km de Managua. Foto: AFP

Las Canoas se encuentra  a 60 km de Managua. Foto: AFP

Carlos Román está preocupado y cansado porque desde hace tres meses no llueve al noreste de Nicaragua y cada vez tiene que arrear más lejos el ganado para que beba agua de algún riachuelo y no muera de hambre a causa de la sequía que azota a Centroamérica.

“ Es cansado, tengo que llevarlos hasta cinco kilómetros ” de distancia porque “ aquí no hay agua ” , dice Román con el rostro enrojecido, mientras avanza lentamente bajo un sol rechinante, arreando las reses sobre la planicie rocosa del lago artificial Las Canoas, noroeste, que perdió la mitad de su caudal por la sequía.

“La mitad del lago -de 10 km de largo- está seco ” , afirma Román, de 41 años, padre de cuatro hijos que mantiene de la venta de leche y cultivos, que este año perdió por falta de lluvias en la comarca Los Ventarrones, departamento de Boaco, 70 km al noreste de Managua.

“Cuando el invierno es bueno nosotros sembramos trigo y frijoles, pero ahora no hubo nada (..), comemos lo que podemos ” , relata a la AFP .

Boaco es uno de los diez departamentos nicaragüenses afectados por una sequía que golpea especialmente la región del Pacífico de Centroamérica, conocida como “ el corredor seco ” .

El corredor seco abarca 30% del territorio centroamericano, desde la provincia de Guanacaste en el noroeste de Costa Rica hasta la franja del litoral Pacífico de Guatemala, donde viven más de 10 millones de personas, según un estudio de 2013 elaborado por la FAO y la Fundación Acción Contra el Hambre.

Un poco más de la mitad de este corredor sufre los efectos de la sequía que amenaza seriamente a la agricultura y la ganadería, lo que ha llevado a Honduras a declarar emergencia en 66 municipios y a Costa Rica en la provincia de Guanacaste.

Nicaragua, El Salvador y Guatemala destinaron fondos para ayudar al sector productivo y asistir a las familias más necesitadas.

“ Sin agua no hay vida ” 

Según la FAO, la sequía en Centroamérica está vinculada generalmente al fenómeno de El Niño que ha golpeado al menos diez veces a la región en los últimos 60 años.

Según el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, la sequía este año “ se va a manifestar con mayor fuerza ” .

En Nicaragua, la escasez de agua ha dejado los campos marchitos, ha exacerbado el calor, matado o debilitado a miles de reses, desabastecido de agua y encarecido la comida en muchas comunidades que intentan sobrevivir a la crisis.

Román asegura que si en los próximos meses no llueve emigrará a Costa Rica o Panamá a buscar trabajo, porque “ sin agua no hay vida ” y la situación en Nicaragua es “ crítica ” .

Su comarca está cerca de Las Canoas, alrededor de la cual viven más de 2.000 campesinos que antes usaban sus aguas para bañarse, lavar la ropa, los trastes de cocina, hidratar a los animales y pescar.

Ahora “ tienen que caminar más de un kilometro para abastecerse ” del líquido porque los pozos también se están secando y no hay redes de agua potable, dice Nelson Ramírez, de 23 años, de la comarca Santa Isabel.

Pérdida de cosechas y reses 
Nicaragua, con la economía agrícola más vulnerable de la región centroamericana, es uno de las más afectadas por la sequía, que este año abarcó a 100 de los 153 municipios.

“ La situación es sumamente crítica ” , porque prácticamente “ no hubo siembra ” en las zonas secas de Nicaragua, afirmó a la AFP el presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) , Alvaro Fiallos.

Se estima además que más de 2 500 reses han muerto por desnutrición y unas 700 000 están en “ estado crítico ” por la sequía.

En el municipio de San Francisco Libre, 72 km al norte de Managua, las reses desfallecen en los campos, donde son devorados por aves de rapiña que sobrevuelan la zona, una de las más secas del país.

“ No hay pastos para el animal, se han muerto cinco reses ” el último mes, confiesa el cuidador de una finca de ganado, Gonzalo López.

La crisis también pone en riesgo el acceso a los alimentos en las comunidades, en las “ algunas gente está en riesgo hambre ” , admitió Amanda Godine de la comunidad de San Roque de San Francisco Libre.

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