Licores, ropa y celulares, lo que más se retiene en aeropuertos

En la zona de arribo en aeropuerto de Guayaquil. El personal del Servicio de Aduanas realiza el preaforo al equipaje de los viajeros. Fotos: Mario Faustos y Enrique Pesantes / EL COMERCIO

En la zona de arribo en aeropuerto de Guayaquil. El personal del Servicio de Aduanas realiza el preaforo al equipaje de los viajeros. Fotos: Mario Faustos y Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Unos a paso lento, mirando el reloj de pulsera; otros riendo o arrimados a una baranda. Decenas de personas lucen ansiosas mientras esperan en la sala de arribo internacional del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil.

La escena se registró a las 14:40 del pasado miércoles, momento en el que aterrizaba un avión de la aerolínea LAN, procedente de Nueva York (EE.UU.). Pocos minutos después, los viajeros pasaron por un rutinario proceso de revisión aduanero, antes de encontrarse con los familiares.

Cuando la maleta de Eduardo Bastías pasó por la máquina de rayos X, una pantalla se encendió de colores. Un funcionario de Aduanas, con sus manos cubiertas con guantes, pidió al viajero que se acercara a la mesa, para abrir la valija. La alerta encendida hacía necesaria una revisión más prolija. Pero al abrir la maleta, el posible riesgo apuntaba a cremas para el cuerpo, pastas dentales y champú. El pasajero siguió su camino sin inconvenientes.

Iván García, en cambio, tuvo que tardar un poco más en ese proceso. En sus maletas tenía ropa valorada sobre los USD 500.

Al ser consultado sobre el tema por el personal de Aduanas, García respondió que las prendas eran para su familia. En ese momento, conoció que debía pagar tributos por esa mercadería, cerca de USD 110 (USD 5,50 por cada kilogramo de más).

Entonces, el viajero decidió no pagar ese impuesto y gestionar el trámite de reembarque. “Cuando venga mi familia de Los Ángeles, la traerán”, sostuvo.

Estos chequeos (preaforo) son aplicados en los arribos internacionales, para comprobar que no traen bienes tributables (no para uso personal) no declarados.

Según José Francisco Rodríguez, subdirector general de Operaciones del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), para establecer si los artículos son o no tributables se considera la naturaleza del bien, no la cantidad ni el peso de las maletas. Dijo que los viajeros conocen lo que deben traer y ya están familiarizados con las normativas.

Según la Senae, la mayoría de las personas solicita una devolución al exterior de la mercadería que trajo en exceso, en lugar de dejarla en abandono definitivo.

Pero hay otros que sí pagan la tributación por artículos que traen por fuera de lo estipulado.

En el 2011 se hicieron 338 liquidaciones (pago de tributos) y en lo que va el año, 1 141. En cambio, en el 2011 hubo 311 casos en abandono de mercadería (ver gráfico). Pero en este año, hay 672 casos en abandono, entre bebidas alcohólicas, vestimenta y celulares. Este último tuvo mayor retención. Así, mientras en el 2010 se reportaron 17 casos de este tipo de artículos, este año van 142.

Esto, debido a la resolución 67 del Comité de Comercio Exterior del 11 de junio del 2012.

La normativa prohíbe la importación de teléfonos celulares por Correos del Ecuador, mensajería rápida o couriers, o a través de personas naturales que ingresen por las salas de arribo internacional de aeropuertos, pasos fronterizos o puertos marítimos.

Rodríguez señala que una persona puede ingresar al país hasta tres litros de licor, un celular nuevo, una laptop, por persona o unidad familiar, sin pagar tributos.

Por ejemplo, si un pasajero llega con dos botellas de licor y aún desea un tercero, puede adquirirlo sin tributo alguno en el área de ‘dutty free’ del aeropuerto de arribo. A partir de la cuarta botella, ya paga impuestos.

El funcionario aduanero cree es necesario educar a los viajeros, para que sus pertenencias no formen parte de estas estadísticas.

La noche del pasado martes, quienes llegaron en el vuelo de las 20:45 de Iberia, desde Madrid (España), mostraron mayor conocimiento sobre las reglas al momento de ingresar objetos.

Aracely Cusme salió a las 22:00 de la sala de arribo. Sobre el proceso de revisión, sostuvo que le da gusto que todo sea correcto. “Además, sé cuánto debo traer”.

Rossy Cedeño, junto con cuatro personas más, esperaba a un amigo. Para ellos su llegada significaba añoranza de cinco años de ausencia, pero también de noticias y regalos de su hermano Jhonny.

Poco a poco, las personas se aglomeraron cerca de la puerta de vidrio de la salida de vuelos internacionales, con globos y carteles. Mientras ellos esperaban divisar a un familiar; al fondo, funcionarios de la Senae chequeaban las maletas de los viajeros.

Cuando llegó Gerardo Salas, 21 años, amigo de Cedeño, todos lo abrazaron. Él trajo ropa y encargos para su familia.

Para Roberto Trujillo, el preaforo en la zona de Aduanas fue rápido. Ni cinco minutos. “Indiqué en el Formulario de Registro Aduanero que traía tres litros de whisky y abrieron la maleta para comprobar y vieron que era cierto”. Él venía desde Dusserdolf, Alemania, con escala en Madrid, para pasar las fiestas de diciembre.

Tome en cuenta

Los viajeros no pueden traer bienes con fines comerciales sino personales. De lo contrario debe pagar tributos.

Si trae bienes para vender tiene que acercarse al área de aforo de Aduanas e indicar los productos tributables para la  revisión y pago tributario.

Solo una vez al año, la Senae exonera la presentación de documentos, como el INEN (norma de etiquetado) a un viajero cuando trae exceso de calzado o textil (presumible fin comercial), pero que no  pase los USD 500.

Si ingresa con bienes de más de USD 2 000, se retiene la mercancía y se envía a un depósito temporal para que el usuario realice la  nacionalización, utilizando un agente de Aduanas.   

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