Las aves, un dolor de cabeza para los vuelos a Guayaquil

El islote Palmar. En el lugar habitan 20 especies de aves, según el Ministerio de Ambiente

El islote Palmar. En el lugar habitan 20 especies de aves, según el Ministerio de Ambiente

Las estadísticas de la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil (AAG) indican que diferentes aves se han impactado contra aviones en 29 ocasiones en lo que va del año, 18 de ellas en fase de aproximación a la pista del aeropuerto.

El último mes el tema de los pájaros que, en su mayoría, moran en el islote Palmar formado por los sedimentos en la desembocadura del río Daule, ha generado polémica y acusaciones entre autoridades y funcionarios.

La ministra de Transporte y Obras Públicas (MTOP), María de los Ángeles Duarte, y el director de Aviación Civil (DGAC), Fernando Guerrero, responsabilizaron a la Terminal Aeroportuaria de Guayaquil S.A. (Tagsa), concesionaria del Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo, del peligro generado por las aves.

Incluso, el pasado sábado 30 de octubre, la DGAC emitió una Notam (notice to airmen) que, en términos aeronáuticos, es una alerta o una información para los pilotos de todo el mundo.

Allí la DGAC hablaba de una concentración de aves desde el rodaje Delta. “Estamos hablando casi de la mitad de la pista. Siempre ha habido observaciones en el sentido que existen aves en la trayectoria de aproximación, pero decir que hay una concentración de aves en la pista es una falsedad”, dijo Nicolás Romero, gerente de la AAG.

Romero explicó que el pasado jueves 4 la notificación fue levantada y reemplazada por otra que advierte la concentración de pájaros, pero no en la pista sino en la ruta de aproximación.

Un estudio del Ministerio de Ambiente tiene identificado al menos 20 especies de aves, entre ellas algunas variedades del pato silbador, pato crestudo, garzón, garceta, garza, ibis, gallinazo, jacana, zarapito, ciguañela, chorlo, gaviota, golondrina, negro' que viven en esa zona.

El islote, cuyo aumento de dimensiones y material sedimentado se ha evidenciado con fuerza la última década, es el hábitat de miles de aves de paso.

Tagsa aclaró que el tema de las aves no le compete. La cláusula décimo tercera de su contrato dice que le corresponden los servicios de apoyo a los aviones “durante su aterrizaje, estancia y despegue en el Aeropuerto y otros servicios en tierra”.

Incluso, durante una reunión del Comité de Peligro Animal del Aeropuerto José Joaquín de Olmedo, el 16 de diciembre del 2009, cuando ya se trataba el tema de las aves, Germán Cruz, jefe de Aeropuerto, sugirió que el caso del islote Palmar se lo debe trasladar a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo.

Fernando Guerrero, director de la Aviación Civil, dijo que se debe obligar a la concesionaria Tagsa, “que es la que lucra de la concesión, para que trabaje en la seguridad de las operaciones del aeropuerto de Guayaquil”. Incluso advirtió la posibilidad del retiro de la certificación del aeropuerto si no se toman medidas.

Ángel Córdova, gerente de Tagsa, dice que actúan sobre todo lo que ocurre dentro del perímetro del aeropuerto. Para el control de aves, incluso tienen contratados a especialistas.

Pero también hay culebras, iguanas, perros, gatos, zarigueyas, raposas, murciélagos'

Por eso cuentan con redes sobre los canales de drenaje para evitar que las aves bajen a buscar alimento. También se usan cañones espantaaves, pirotecnia y bocinas para ahuyentar a los pájaros cuando se reporta presencia masiva de estos animales.

Una malla para  el islote Palmar

Mientras los diversos organismos públicos y privados intentan llegar a puntos de acuerdo, Isabel Endara, directora de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente, dijo que  se colocará una malla de aves en la parte superior y la zona circundante del islote Palmar. El objetivo es que los pájaros no puedan posarse en la isla y migren a otros lados.

“Con la fumigación de la vegetación con herbicidas orgánicos, como el vinagre, y el uso de pirotécnica, establecimos que las aves sí pueden llegar a lugares cercanos que no sean el aeropuerto sino mas bien la Isla Santay o la zona de Samanes”, dijo la técnica.

La malla es especial pues sus agujeros no son de más de 5 cm de diámetro. Al ver que no pueden entrar, instintivamente los pájaros se retiran a otras zonas. Para este tema han solicitado la colaboración del Parque Nacional Galápagos donde se ha trabajado con un sistema similar.

Endara aclaró que son acciones de control y no de erradicación de las aves que pudiera implicar su muerte. “Es un tema de mitigación ambiental técnicamente adecuado”.

La malla será adquirida en una firma de Guayaquil y se invertirán unos USD 15 000.

Una acción a largo plazo será el uso de la cetrería. Se puede ejercer el control a través de aves rapaces como los halcones. Pero eso implica previamente capacitar al personal que se hará cargo ya que en el país, dijo, solo existen dos personas dedicadas a esta actividad. “Esto será una medida de control, ya que el Ministerio  de Obras Públicas y la Senagua están coordinado un dragado del islote a largo plazo”, acotó la experta.

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