Narcos usan pistas y terrenos para cargar droga

En Quinindé se puede hallar terrenos en medio de plantaciones de palma africana. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

En Quinindé se puede hallar terrenos en medio de plantaciones de palma africana. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

En Quinindé se puede hallar terrenos en medio de plantaciones de palma africana. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

Las pistas están desoladas. Son de tierra y a sus costados crecen plantas de palma africana y maleza. Las dos están en Quinindé, Esmeraldas. En una, el jueves pasado, 19 de febrero del 2015, fue descubierta una red que es investigada por narcotráfico. Ese mismo día, policías montaron un operativo de rastreo y llegaron a otra. Allí hablaron con los dueños y lo único que ellos dijeron es que por ahora estaba inutilizada, pero que la reactivarían para operaciones agrícolas.

Las primeras investigaciones sobre el operativo antidrogas del jueves determinaron que desde el año pasado, una organización de narcos extranjeros se valía de bandas locales para improvisar pistas no autorizadas y así transportar narcóticos en naves que partían a México.

¿Cómo controlar esas pistas? ¿A quién compete esas tareas? El 4 de diciembre, cuando dos avionetas fueron detectadas en operativos antinarcóticos en Los Ríos, las autoridades aseguraron que existen al menos 2 500 plataformas aéreas a escala nacional. El Ministerio del Interior advirtió que si no se regularizan “serán destruidas en los próximos días”.

Desde ese entonces han pasado 83 días y el último lunes, el ministro del Interior, José Serrano, señaló: “vamos a comenzar en los próximos días con la destrucción de 15 pistas de todo lo que era el programa nacional del banano”.

Horas antes, el viceministro del Interior, Diego Fuentes, dijo que tienen información sobre el número exacto de pistas clandestinas a escala nacional, pero que no se puede hacer público, “porque se concatena con otra investigación”.

Según Fuentes, las primeras informaciones al respecto se obtuvo en coordinación con la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y la Dirección de Aviación Civil. “Obviamente este levantamiento de información es el que hoy nos permite tener identificadas algunas de estas”.

Infografía con la nave quemada del pasado jueves 19 de febrero que salió desde México

En el caso de Quinindé, a raíz de la captura de siete mexicanos, se inició una indagación para verificar cuáles son las pistas autorizadas. Según la Policía local, solo dos están registradas para el aterrizaje y despegue de avionetas con fines agrícolas. En el kilómetro 110 de la vía Quinindé - Santo Domingo existe una que está llena de maleza. A esta se ingresa por el costado de una vía.

Un cultivador de palma en Quinindé relata que en los sembríos se abren espacios similares a una pista con el fin de permitir el acceso de maquinaria de riego y corte de maleza, pero no son tan extensas.

Agentes antinarcóticos refieren que los carteles de la droga utilizan avionetas tipo Cessna por su facilidad para aterrizar en zonas improvisadas, como los terrenos planos que se ubican dentro de las plantaciones de palma africana. Las aeronaves detectadas en Ecuador desde el 2012 son de ese modelo. Además, las Cessna pueden transportar hasta un peso máximo de 500 kilos de cocaína si se les extrae los asientos.

Un oficial de Inteligencia que viajó a Esmeraldas para investigar los últimos casos de droga revela que los narcotraficantes no utilizan solo pistas, sino cualquier espacio abierto en los cuales las naves pueden aterrizar. “Para un piloto hábil es suficiente un pedazo de terreno para descender, cargar en 15 minutos los paquetes de alcaloide y despegar otra vez”.

Otro agente asegura que fue 'sorpresiva' la captura de los siete mexicanos en una sola operación. Por lo general, los extranjeros “vienen, revisan la compra y se van”. “Capturarlos es muy difícil. Son muy escurridizos, manejan buenos niveles de seguridad, no les importa gastar dinero en cambiar teléfonos o comprar armas...”.

Desde los últimos cuatro años, las mafias locales han desplazado a grupos colombianos en el negocio de la droga, según Inteligencia. Es decir, ya no hay intermediarios y la venta se la hace directamente entre ecuatorianos y mexicanos.

De hecho, eso se comprobó el jueves anterior. Los extranjeros fueron capturados en un hotel de Quinindé. Desde esa ciudad, la Policía identificó que se “receptaban fuertes cantidades de dinero provenientes de los carteles mexicanos”.

Las redes locales ahora compran a narcos colombianos el alcaloide en la frontera norte y la trasladan a la zona costanera, donde se concreta la venta a los carteles. Los investigadores conocen que en la frontera se paga USD 2 000 por un kilo de cocaína. Cuando llega a la costa, el precio sube a 4 000.

En contexto
Desde el 2013 hasta la última operación antidrogas del jueves anterior, la Policía ecuatoriana detuvo en el país a 19 mexicanos vinculados con carteles de la droga. En los primeros meses del 2015, 13,3 toneladas de narcóticos han sido halladas a escala nacional.

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