Mujeres divorciadas deberán esperar 100 días para volver a casarse

Un grupo de personas hace la compra en un supermercado de Tokio (Japón) el martes 8 de marzo de 2016. Foto: EFE

Un grupo de personas hace la compra en un supermercado de Tokio (Japón) el martes 8 de marzo de 2016. Foto: EFE

Un grupo de personas hace la compra en un supermercado de Tokio (Japón) el martes 8 de marzo de 2016. Foto: EFE

A menos que pruebe que no está encinta de su exmarido, una mujer japonesa deberá esperar cien días antes de volver a casarse tras un divorcio, según un proyecto de ley aprobado este martes 8 de marzo del 2016 por el gobierno nipón que, no obstante, la ONU considera insuficiente.

El gobierno conservador del primer ministro Shinzo Abe se pone en conformidad, coincidiendo con el Día internacional de los derechos de la mujer, con una nota del Tribunal Supremo de Japón enviada en diciembre pasado, en la que consideraba que los seis meses precedentes era un plazo excesivo y había que reducirlo a 100 días.

Esta revisión, que aún debe ser refrendada por el Parlamento nipón, sin embargo permite que una mujer pueda volver a casarse inmediatamente si demuestra con un certificado médico no estar embarazada o, en caso contrario, que la concepción tuvo lugar después del divorcio.

Un cambio así en el Código Civil, que data de 1898, no es suficiente, estimó en un informe dado a conocer el lunes en Ginebra el Comité de la ONU para la eliminación de la discriminación respecto a las mujeres.

“El Código Civil continúa prohibiendo solo a las mujeres volver a casarse durante un periodo preciso tras el divorcio” , advirtió el comité.

En algunos países occidentales hasta hace poco regían leyes similares. Por ejemplo, Francia cambió por ley en 2004 la prohibición que pesaba sobre las mujeres que no podían volver a casarse hasta 300 días después de un divorcio.

Asimismo, este comité condenó la ley japonesa que obliga a las parejas casadas a compartir el mismo apellido. La considera “discriminatoria” puesto que en la práctica en Japón el 96% de las parejas adopta el apellido del marido.

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