Los trabajos en el Playón de La Marín, en la avenida Pichincha, en el centro, afectan la movilidad en el casco colonial. Foto. Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
Es como si los autos fuesen piezas de dominó colocadas una tras otra en línea recta, sobre la calle García Moreno, desde la Galápagos hasta la Ambato, en Quito. El miércoles,11 de octubre del 2017, vehículos pequeños, taxis, camionetas y buses circulaban a no más de 10 kilómetros por hora o menos.
Dentro de un taxi, cada segundo cuenta, y el tiempo parece pasar lento. Cruzar esas 12 cuadras del Centro Histórico tomó 31 minutos, pero en días complicados, cuando ocurre un accidente o hay alguna marcha, puede tardar hasta 45.
La forma de lazo que tiene Quito (alargada hacia los extremos y angosta en el centro) ha hecho que la movilidad en el casco colonial sea complicada. Y en la actualidad se han sumado cuatro factores que la agravan: trabajos del Metro, de la Empresa Eléctrica, una obra del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) y seis contraflujos. Estos últimos son para mejorar el flujo vehicular.
Jorge Ramírez, coordinador de operaciones de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), dice que había tres contraflujos (en la Velasco Ibarra, en la Mariscal Sucre y en la 5 de Junio) y que con base en los resultados se adicionaron otros tres para mejorar la circulación en la zona.
Los tres nuevos contraflujos son en la calle Benalcázar, Hermano Miguel y la Ríos.
El estudio midió la cantidad de autos versus el espacio en vía, y se detectó una sobresaturación de varias arterias, por lo cual se buscaron vías paralelas que ayuden a descongestionar.
Ramírez señala que el Centro es atravesado por varias líneas de servicio público, lo que complica la situación. Solo por la Gran Colombia, por ejemplo, pasan 13 operadoras. Debido a las intervenciones, se reubicaron sus giros y paradas. Asimismo, el cierre del viaducto 24 de Mayo obligó a desviar tres rutas de alimentadores.
Las autoridades piden paciencia a los usuarios. Metro de Quito indicó que los trabajos en la Gran Colombia finalizarán en diciembre y los de la 24 de Mayo a mediados del 2018. Los alrededores de la plaza de San Francisco se abrirán a la circulación a fines de mes.
Por su lado, la Empresa Eléctrica está realizando el mantenimiento de las redes subterráneas para mejorar la calidad del servicio. Se espera que los trabajos en ese tramo terminen a fin de mes.
En la calle Pichincha, frente a la cancha de San Sebastián, está cerrado un carril en el sentido Playón -Trébol, por trabajos de soterramiento que lleva a cabo el IMP. Esperan habilitar la vía el mes entrante.
Otras causas
El ancho de las calles y las veredas también influyen. Jesús Gómez, técnico en ingeniería de tránsito, explica que para que un carril sea funcional debe medir al menos 3,20 de ancho, pero algunas calles del Centro tienen cinco metros y sirven para dos carriles.
Cuando las vías del Centro se construyeron, fueron pensadas para el paso de carretas y de personas, no de automóviles, mucho menos de buses y vehículos pesados. Gómez asegura que el contraflujo ayuda a mejorar un lado del problema, pero no es una solución. Lo que se debería hacer, dice, es implementar medidas que desincentiven el uso del auto particular.
Plantea la posibilidad de hacer un gran estacionamiento en el lado sur de El Ejido, y habilitar viajes exprés con unidades medianas que movilicen a las personas por el centro.
Wilson Ramos es policía metropolitano y cree que las ventas ambulantes agravan el problema. Las personas se detienen a comprar y esperan a recibir el producto y el vuelto, los comerciantes se cruzan la calle y obligan a los autos a circular más despacio. Ramos sostiene que hay operativos para evitar ventas ambulantes.
Además de los contraflujos, la AMT lleva a cabo operativos diarios para ayudar a mejorar la movilidad. Cada día, cerca de 400 agentes ayudan a ordenar el tránsito. La recomendación es que para cruzar la ciudad se debe usar las avenidas Simón Bolívar o la Mariscal Sucre. Sin embargo, la mejor opción es el Trolebús.