Comandos especiales de las Fuerzas Armadas realizaron una demostración de cómo actuar en Quito frente al incumplimiento de medidas por la emergencia sanitaria. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El irrespeto a las disposiciones para frenar el covid-19 hizo que los grupos especiales de las FF.AA. lleguen a Quito y recorran las vías. Patrullan en grupos de hasta 20 soldados.
¿Cómo están armados y equipados?
Cada equipo opera con armas antidisturbios. Portan al menos dos marcadoras que lanzan bolas de pintura, cuatro escudos para protegerse de proyectiles, dos escopetas para lanzar gas y dos para perdigones.
Si los grupos son más pequeños, de hasta cinco militares, cada uno puede tener escudos y armas de dotación antimotines.
El comandante del Grupo de Fuerzas Especiales N-25, Gabriel López, dijo a este Diario que su uso está normado y se puede aplicar únicamente cuando se presentan acciones de peligro durante las operaciones.
Antes de que ejecuten las operaciones, los comandos realizarán un entrenamiento de cómo actuar en la capital.
En una de esas demostraciones, los soldados derribaron en 30 segundos a dos hombres que intentaban huir.
Ambos quedaron boca abajo sobre el césped y con las manos atadas. Otras seis personas que simulaban ser infractores permanecieron inmóviles frente a una pared durante un registro por parte de los soldados.
Terminada la simulación, quienes estaban en el piso se incorporaron, sacudieron su ropa y hablaron de lo ocurrido. “No tuve tiempo de saltar para correr y huir”, dijo el sargento segundo Luis Quiñónez.
Comandos especiales de las Fuerzas Armadas durante una demostración de cómo actuar en Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Él se vistió de civil junto a siete compañeros. No se pusieron la mascarilla y tenían botellas en sus manos para parecerse a un grupo que libaba en una esquina de Quito. Lamenta que en la ciudad haya gente que incumple con las medidas de bioseguridad.
Durante la simulación, él y su grupo tenían que desobedecer las disposiciones que daban los militares. También debían resistirse a la detención, insultar y tratar de huir de sus compañeros que vestían uniforme. Esa ocasión no lo lograron.
El trabajo que hacen estos días las FF.AA. es en apoyo a la Policía. De hecho, en el artículo 35 de la Ley de Seguridad Pública y del Estado se establece que cuando se declare el estado de excepción y siempre que el Presidente de la República haya dispuesto el empleo de la fuerza pública se deberá coordinar para que las Fuerzas Armadas apoyen a la Policía Nacional.
Mientras dure esta disposición, las Fuerzas Armadas apoyarán a la entidad policial, responsable del mantenimiento del orden público, hasta que éste haya sido restablecido.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, será la encargada de la coordinación de las acciones. Así está establecido en el artículo 35 de la Ley de Seguridad Pública. Esta normativa señala que, durante su aplicación, se sancionará civil y penalmente el abuso del poder para cualquiera funcionario del Estado.
El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, había emitido el acuerdo 179 que normaba el uso progresivo de la fuerza para los militares. El documento entró al registro oficial el 29 de mayo último.
Ahí se reformaban las reglas y el comportamiento que deben tener los militares en situaciones de resistencia interna, en base a un Manual de Derecho en Operaciones Militares, existente desde el 2014 y que ya fue utilizado en la paralización y movilizaciones de octubre del 2019.
Sin embargo, el 24 de junio la sala de admisión de la Corte Constitucional (CC) suspendió temporalmente la vigencia del Acuerdo Ministerial 179, al aceptar a trámite una demanda de inconstitucionalidad de la Defensoría del Pueblo y otros organismos de derechos humanos.
Con esto se dejó sin efecto el documento y la actuación de los militares se circunscribe a lo que dicta la Ley de Seguridad Pública.