En Quito, unos 300 militares activos y pasivos hicieron fila durante la mañana de ayer. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Durmieron en la calle. Con cobijas, gorros de lana y chompas aplacaron el intenso frío de la madrugada. Pedazos de cartón también sirvieron como colchones para aislarse del helado pavimento.
Así amanecieron ayer unos 300 militares, entre activos y pasivos, en los exteriores de la matriz del seguro social de las Fuerzas Armadas (Issfa), ubicada en el norte de la capital.
Los uniformados esperaban la apertura de la institución para acceder a un crédito quirografario. La entrega de este préstamo estaba suspendida desde abril.
Sin embargo, en los últimos días, el Issfa anunció que receptaría nuevamente las solicitudes entre el 5 y 10 de octubre. Eso provocó la masiva asistencia a las 26 agencias que el seguro militar tiene en el país.
Desde las 07:45, los primeros grupos empezaron a ingresar a la matriz. En la fila, unos militares dijeron que era la primera vez que esto ocurría. Y recordaron que antes este servicio se tramitaba en 20 días.
Guido Avilés tiene 51 años. Hace dos años, él solicitó un préstamo de USD 4 000. Tardó 15 minutos en hacer la gestión. Ahora, para acceder a un préstamo de USD 2 000, tuvo que permanecer desde las 04:00.
A esa hora, la fila rodeaba el edificio del Issfa, pero eso no le importó a Avilés. Dice que necesita el dinero para pagar los estudios de sus dos hijos.
¿Cuál es la razón para que ocurran estos inconvenientes?
En la mañana, Bolívar Silva, vocal del Directorio del seguro militar, explicó a este Diario que el instituto no tiene liquidez debido a los USD 436 millones que le adeuda el Estado.
En la tarde, aproximadamente a las 18:00, el Ministerio de Finanzas confirmó que transfirió USD 89 millones para cubrir un porcentaje de la deuda.
El Issfa admitió que, debido al déficit por el que atraviesa, optó por limitar la entrega de quirografarios e hipotecarios.
Estos últimos también se habilitaron ayer, pero no se informó hasta cuándo estarán disponibles. Solo se conoció que “el cupo también es limitado”.
En el caso de los quirografarios, el plazo termina el lunes.
Solo ayer, el instituto concedió 3 287 créditos a escala nacional; lo que significó un desembolso de USD 23,3 millones.
Una situación similar a la de Quito se vivió en Guayaquil. Militares activos y retirados hicieron largas filas. En esa sucursal se entregaron 100 turnos, pero hubo 200 personas.
Lisbeth Soria, de 32 años, acudió desde las 11:00 del martes a la sede del Issfa del Puerto Principal. Necesita USD 2 000 para pagar deudas de su mamá, quien es beneficiaria del montepío. Pese a haber llegado un día antes, no estuvo entre las 100 primeras personas que consiguieron ayer un turno. Ella decidió esperar. “El guardia nos dijo que mañana (hoy) repartirán cien cupos más”.
Según cifras oficiales, en el primer semestre de este año, el Issfa otorgó 9 747 quirografarios e hipotecarios.
Los militares pasivos se mostraron indignados por el trato recibido. Mario Tutillo aseguró que es la primera vez que tiene que hacer filas y esperar “varios días” por un préstamo.
Él necesita USD 8 300 para cancelar las cuotas de un terreno que compró. “Si no pago este mes, pierdo la propiedad”.
Funcionarios de la sede de Guayaquil comunicaron que el trámite también podía realizarse a través de Internet; pero el portal se saturó y se bloqueó.
Por eso, los militares prefirieron ir personalmente a las agencias. Incluso hubo casos de uniformados que se trasladaron de una ciudad a otra.
Manuel Arcos llegó a Quito el martes desde Santo Domingo. Ayer contó que en su ciudad “solo dieron 30 turnos”. Desde febrero, él necesita USD 3 000 para cubrir el estudio de su hija. Si no los consigue, dice que ella dejará de estudiar.
La misma urgencia tiene Blanca Clavijo. Ella recibe el montepío y tiene 62 años. Necesita USD 2 000 para arreglar su casa, ubicada en el norte de Quito. El techo está dañado y quiere repararlo antes de que llegue el invierno. Otro de los solicitantes fue José Paredes. Él tiene a su hija en el hospital desde hace seis meses; fue operada de la columna tras sufrir un accidente de tránsito y ahora requiere USD 8 000 para terapias y medicamentos.
Ayer por la tarde, Ricardo Patiño, ministro de Defensa, dijo que el director del Issfa, Juan Francisco Vivero, “pedirá disculpas públicas por la mala atención que se ofreció hoy en las oficinas”.