Los militares continúan las labores de vigilancia en los exteriores, revisando vehículos que ingresan a la penitenciaria. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Las carpas y los camiones militares todavía se observan en los exteriores de los centros carcelarios de Guayaquil este lunes 19 de agosto del 2019, tras la terminación del estado de excepción en el sistema de rehabilitación.
El teniente de fragata Marcelo Jiménez explicó que recibió la orden de mantener el contingente militar a su cargo en la Penitenciaría de Litoral, ubicada en el km 16,5 de la vía Guayaquil Daule.
Ahí se encargaban de requisar a las personas y regular el ingreso de vehículos. Ahora 11 militares trabajan en el control de todos los vehículos en las puertas principales y otros 21 refuerzan a sus compañeros durante las guardias del día.
“Nos dieron la disposición de no abandonar el sitio. Ahora revisamos los vehículos que ingresan sean de civiles o de policías. Pedimos a la persona que salga de automotor y comenzamos con la requisa”, dijo Jiménez.
Los visitantes ingresan dejando su cédula a un oficial en el exterior de la puerta de la Penitenciaria del Litoral. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
En la puerta del centro hay un policía que se encarga de pedir la cédula de identidad a las personas, luego el mismo agente revisa las pertenencias de los visitantes, como bolsos y fundas que contienen ropa y medicinas. Este proceso es el primer filtro para acceder a la ‘Peni’.
En la segunda fase los familiares de los reos deben pasar por un arco magnético para detectar armas, seguido de una revisión corporal en un cuarto. Así lo afirmó Flor, de 60 años, quien fue a visitar a su nieto para entregarle ropa y artículos de aseo. “Nos revisan por varias partes, usan unas máquinas para ver que no llevemos armas o droga”.
Los militares continúan las labores de vigilancia en los exteriores en la cárcel este lunes 19 de agosto del 2019. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
En la misma vía Daule, a 1 kilómetro, en el Centro de Privación de Libertad Zonal 8, también se mantienen los militares y cumplen la misma función de revisión vehicular. Después de las 13:00, Alexandra salía de visitar a su esposo. La mujer estaba preocupada porque su pareja tiene llagas en el rostro y cree que están relacionadas con la calidad de la comida y malos tratos que recibe.
“He intentado traerle medicamentos, pero dicen que no están permitidos”, añadió.
Una situación similar contó Deisy. Hace una semana ella llevó un colchón para su esposo porque el que usa estaba deteriorado; además, tiene infección estomacal y llagas en su piel.
El primer filtro para acceder a la ‘Peni’ es la sección donde un policía se encarga de pedir la cédula de identidad a las personas, luego el mismo agente revisa las pertenencias de los visitantes. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
“Tienen infección y el agua no es potable. Muchos se quejan porque la comida que reciben es poca y no es buena”, expresó.
Sobre este tema, Edmundo Moncayo, director general de Servicio Nacional de Rehabilitación Social, dijo que se ha invertido USD 20 millones en alimentación y equipos de seguridad para mejorar las condiciones de los prisioneros.