La estación El Recreo tiene un 92% de avance. Permitirá a los usuarios del sistema Trolebús embarcarse en los trenes sin salir del andén. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
Lo que el usuario verá cuando baje a una de las 15 estaciones del Metro es solo una pequeña parte de la construcción. Cada una de las paradas tiene varios espacios -a más de la zona destinada para que los pasajeros caminen y aborden el tren- que no serán de acceso público pero que son claves para la operación del sistema.
La estación El Recreo, por ejemplo, tiene tres niveles; solo en dos de ellos (el primero y el último) se permitirá el ingreso de pasajeros. El del medio está destinado a áreas específicas de operación.
José Luis Guijarro, gerente de obra del Metro, indica que hay una superficie gigante con todo tipo de cuartos técnicos: una subestación eléctrica, áreas de comunicaciones, de telefonía, de limpieza, de aseo, vestuarios, entre otros.
Todas las estaciones tienen áreas de protección contra incendios con depósitos de agua que en caso de tener fuego en una escalera mecánica, por ejemplo, lo apagarán de inmediato sin riesgo de que se propague. También hay cámaras de circuito cerrado que tienen acceso a los rincones de cada estación, escaleras mecánicas y ascensores, que requieren sus cuartos eléctricos e instalaciones de control.
Los trabajadores de la estación tendrán que realizar actividades diarias como cambiarse de ropa, ducharse o ir al baño, y requerirán esos espacios.
Para entrar al Metro por El Recreo se debe ingresar a la estación del Sistema Trolebús. Al lado derecho de los articulados hay lo que parece una caverna pintada de rojo. Se desciende un poco y se interna a una estructura enorme bajo tierra, llena de graderíos y con acabados que resplandecen.
Esta parada tiene un 92% de avance. Solo faltan algunas instalaciones electromecánicas. Sus paredes son blancas.
El alcalde Mauricio Rodas explica que las cuatro paradas multimodales (que permiten conexiones entre el Metro y el sistema de transporte público) tendrán ese color. Las otras, en cambio, tendrán diferentes tonos, así el usuario podrá ubicar su lugar de destino por el color.
Guijarro sostiene que los paneles vitrificados son resistentes a los grafitis y se pueden limpiar fácilmente. Son planchas similares al porcelanato pero esmaltadas al horno, que le confiere más resistencia y hace que la pintura de esferos, marcadores o aerosol no penetre ni se fije.
La inauguración de esta obra irá acompañada de varias normas que deberán cumplir los usuarios una vez que el sistema entre en funcionamiento a finales de año. Andrea González, secretaria de Comunicación de la Alcaldía, indica que no se permitirá el ingreso de vendedores ambulantes a los trenes ni a las estaciones.
Lo ideal es que no se consuman alimentos dentro del tren ni de las estaciones. Tampoco será adecuado que ingresen personas en estado de embriaguez. Está prohibido hacer cualquier tipo de grafiti o daño a la estructura.
El Metro tendrá su propia seguridad con guardianía privada en todas las estaciones y contará con cámaras en todos los vagones y paradas, eso posibilitará identificar a infractores. Los andenes contarán con sillas donde las personas con movilidad reducida o de la tercera edad podrán descansar mientras llega el tren.
Se prevé que pase un tren cada tres minutos.