Enfrentamientos con autoridades de control son una de las causas por las que los menores de edad venezolanos fallecieron más en el 2018, según un informe elaborado por una ONG. Foto: EFE.
Cuatro menores de edad son asesinados cada día en Venezuela, un país aquejado por una acuciante crisis económica, según un informe presentado este viernes 17 de mayo del 2019 por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y la ONG Cecodap, que defiende los derechos de los niños.
El documento, que reúne datos recopilados por ocho universidades del país, señala que 1 484 menores venezolanos perdieron la vida de forma violenta durante 2018, un número mayor que los 1 134 que registró la misma ONG para el período de 2017.
El dato también equivale a 120 menores cada mes, o “cuatro salones de clase asesinados cada mes del año” 2018, agrega el informe.
“Es una cifra que llama a la reflexión“, dijo el coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani, al asegurar que en el último año “no se ha avanzado nada en la protección” de los infantes venezolanos.
El documento detalla que 130 niños menores de 12 años fueron asesinados en diversos sucesos durante 2018, 20 de ellos al resistirse a la “autoridad”.
En el caso de los adolescentes, 997 perdieron la vida en hechos violentos, 267 tras presuntos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El informe explica que la mayoría de estas muertes fueron causadas con armas de fuego, aunque hay casos en los que se emplearon armas blancas, como puñales y cuchillos.
Trapani dijo sobre los decesos producto de enfrentamientos con la policía que el Gobierno del chavista Nicolás Maduro mantiene “una política de seguridad ciudadana profundamente represiva y violenta”, al tiempo que acusó a los organismos de seguridad de hacer un “uso excesivo de la fuerza”.
“La Fuerza de Acciones Especiales (Faes, adscrito a la Policía Nacional Bolivariana) tiene infinidad de denuncias”, agregó.
Trapani también dijo que muchos de estos homicidios ocurrieron en el marco de la grave crisis venezolana, que ha llevado a muchos niños y adolescentes a terminar en las calles, donde corren el riesgo de ser captados por bandas criminales.