Personal médico del HCAM atiende a un paciente de covid-19. Foto: Cortesía Hospital Carlos Andrade Marín
“Siento preocupación. No solo por la posibilidad de contagiarme sino también por el hecho de poder llevar la enfermedad a casa”. Así, Christian Tana, médico especialista en Cuidados Intensivos del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) de Quito, describe lo que siente en cada jornada de trabajo.
Tana tiene 41 años. Desde hace 6 es parte de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del HCAM. Primero estuvo como posgradista. Ahora es médico de planta. Por ello ha estado en la primera línea de atención desde el inicio de la emergencia sanitaria por el covid-19.
“A pesar de los equipo de protección y de que entramos a la UCI con la mayor cantidad de seguridades posibles me quedo con temor. Afortunadamente entre quienes estamos en el grupo nadie se ha enfermado”, cuenta Tana.
La preparación para ingresar al área de Cuidados Intensivos toma alrededor de 30 minutos. Este médico del HCAM dice que usa dos trajes. Uno es quirúrgico desechable y el otro un overol. También se coloca dos pares de guantes y gafas de protección.
Para ponerse la indumentaria de manera correcta se ayuda de uno de sus compañeros. Así hacen un doble control para evitar riesgos. Tana comenta que, a pesar de los trajes, se ha logrado cierta comodidad y facilidad para respirar.
“Para reconocernos nos escribimos el nombre en el overol. Con la máscara y las gafas de protección a veces es difícil saber quién es cada uno”, dice Tana.
Un médico en esa área del HCAM hace un turno de 24 horas. Durante ese periodo sale de la UCI para comer y descansar. Cumplida la jornada descansa cuatro días. Esto permite reducir el riesgo de contagio disminuyendo las horas que un médico permanece en el Hospital.
Ese es el escenario que Tana vive en el HCAM. Otro es el que tiene en casa. Desde el inicio de la emergencia decidió aislarse de su madre y tíos. Cuenta que son adultos mayores. “Es difícil no ver a mi familia pero es lo que hacemos por atender a las personas”, comenta.
Actualmente este médico del Hospital del IESS vive solo con su esposa y al retornar a casa tomas todas las medidas d seguridad para evitar un posible contagio.
Tana dice que el mayor impacto que le ha generado la presencia del covid-19 es la alteración de su cotidianidad. “No hay fines de semana ni feriados”, señala. También siente preocupación por la cantidad de personas que llegan a la UCI.
“Hay pacientes que lamentablemente fallecen y otros que superan la enfermedad. Después de ser atendidos inmediatamente ingresa uno nuevo. Nos demoramos de dos a tres horas en la desinfección. Prácticamente no hay descanso”, manifiesta.
El informe del Ministerio de Salud emitido la tarde de hoy, miércoles 1 de julio del 2020, da cuenta de 58 257 casos confirmados de covid-19 en el país y 4 576 personas fallecidas por la enfermedad.
Este miércoles, tras su descanso, Tana ingresó nuevamente a la UCI del HCAM para continuar con la atención de los pacientes de esa área que ya está destinada únicamente para los pacientes con coronavirus.