Marco Naranjo es profesor de la Politécnica y de la PUCE. Foto: EL COMERCIO
Entre 2000 y 2015, esto es, el período en que estamos dolarizados, la masa monetaria total o liquidez de la economía, que significa el dinero en efectivo más los depósitos en cuenta corriente y más los depósitos de ahorro y plazo ha pasado, en números redondos, de USD 4 600 millones a 40 000 millones.
Por el contrario, para el mismo período, el flujo neto de la Balanza de Pagos ha sido negativo: han salido del país más dólares de los que han entrado.
La pregunta es: ¿Cómo es posible que habiendo salido más dólares de los que entraron la masa monetaria total se haya multiplicado por diez? La respuesta es que en dolarización el dinero es endógeno y depende, fundamentalmente de la actividad económica. Es la actividad económica, el crecimiento de la producción, la que determina el incremento de la cantidad de dinero, no el saldo de la balanza de pagos.
En el año 2000, en términos corrientes, el PIB alcanzaba la USD 18 319 millones; para 2014 superó los 100 000 millones y en el 2015 fue de un poco más de 99 000 millones. Este incremento es el que explica la evolución de la cantidad de dinero, la cual, disminuyó en el año 2015 debido, precisamente, a la disminución del PIB corriente.
Con estos antecedentes, si realmente se quiere proteger la liquidez, lo que se debe es incentivar a la actividad económica y no lo contrario. Resulta entonces un sin sentido, por ejemplo, imponer salvaguardias y nuevos impuestos que generen contracciones del sector del comercio, el cual significa cerca del 10% del PIB, genera empleo y promueve otras actividades productivas.
Es contraproducente provocar expectativas negativas para la construcción, que significa cerca de 10% del PIB, con amenazas de impuestos.
El justificativo de que “hay que proteger la dolarización vía limitación de importaciones” es totalmente incorrecto, pues la cantidad de dinero no depende de la balanza de pagos. Si así fuera, como se señaló antes, la liquidez habría disminuido durante todo el período, pues, en el neto, la balanza de pagos ha sido negativa.
Lo cierto es que es la actividad económica la que crea los dólares a través de la creación secundaria del dinero, pues un depósito genera un préstamo y este provoca, a la vez, un nuevo depósito y así sucesivamente.
Veamos un ejemplo. Si alguien recibe un cheque y lo deposita en un banco, este depósito sirve para que el banco otorgue un crédito, quien recibe el crédito, gira un cheque para realizar el pago de un bien o servicio, pero quien recibe el mencionado pago, realiza un nuevo depósito en un banco de ese cheque, lo que le permite al banco otorgar un nuevo crédito y así sucesivamente.
Pero para que lo señalado ocurra, no se debe limitar ni entorpecer a la actividad económica, pues de lo contrario no existirán ni ventas ni compras y, por lo tanto, ni crédito ni depósitos, y por consiguiente tampoco se creará dinero. Lo señalado define lo que significa dinero endógeno, que finalmente significa el dinero creado por la actividad económica.
En dolarización, el 99% del dinero es endógeno, concepto fácil para la mayoría de las personas, pero difícil de entender por algunos economistas ahora funcionarios del Gobierno.