En la concurrida avenida 9 de Octubre la marcha forzó el cierre temprano de almacenes de venta de ropa y electrodomésticos. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
La jornada de protesta convocada por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, contra políticas gubernamentales y que concentró a miles de personas a lo largo de la avenida 9 de Octubre, cortó los dos corredores de la Troncal 1 de la Metrovía y trastocó la actividad comercial en el casco central de la urbe porteña.
El paso de los buses articulados se interrumpió por cerca de dos horas, desde las 15:30, en las intersecciones de la 9 de Octubre con las calles Pedro Carbo y Boyacá, la tarde de este jueves 25 de junio de 2015.
El tránsito se alteró desde temprano en la 9 de Octubre cuyos carriles lucieron reducidos ante la instalación de torres de parlantes con pantallas gigantes y de la tarima principal de la protesta, ubicada en la avenida Malecón.
Usuarios como Luis Reyes, un empleado bancario que salió del trabajo más temprano de lo habitual (16:00), tuvo que caminar diez cuadras desde Pedro Carbo para tomar un articulado de la Troncal 2 en la calle Pedro Moncayo. “Espero que al menos el pasaje me salga gratis”, indicó con humor.
El sistema Metrovía, a cargo del Municipio, informó que el servicio sería gratuito durante tres horas, desde las 14:00 hasta las 15:30, y de 17:30 a 19:00 con motivo de la marcha.
El paso de los buses de transporte publico de sur a norte y viceversa se concentró en las avenidas Quito y Machala, que lucieron congestionadas previo a la marcha y una vez concluida la movilización. “Comenzamos a cerrar las intersecciones (de la 9 de Octubre) desde las tres de las tarde, somos 200 efectivos en el operativo y esperamos la mayor congestión para pasadas las 18:00”, indicó el suboficial Jorge Quinde, miembro de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).
En la concurrida avenida 9 de Octubre la marcha forzó el cierre temprano de almacenes de venta de ropa y electrodomésticos, aunque farmacias y restaurantes permanecieron abiertos al público.
En contraste, el Boulevard principal de la ciudad, zona de regeneración urbana, se llenó de vendedores informales ante el consentimiento de sus perseguidores habituales: los policías metropolitanos.
Tras finalizar la concentración, y con el retiro de miles de asistentes a sus hogares, se regularizó la circulación vehicular en toda la zona.