El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la reunión de presidentes. Foto: James Aparicio / AFP
A diferencia de Castro y Obama, quienes prefirieron hablar del presente y del futuro, el presidente venezolano Nicolás Maduro dedicó gran parte de su largo discurso durante la Cumbre de las Américas a citar frases de Simón Bolívar y a recordar hechos de sangre y dolor en Venezuela y en Panamá, a fines de los años ochenta. Presentó una carpeta en la que dijo constaba una carta del Comité de víctimas de Chorrillos para entregar al presidente Barak Obama y dijo estar seguro de que tendrá una respuesta.
Dirigió saludos a Raúl Castro y también mencionó a su hermano: “siento que ahí está Fidel, digno, victorioso”, dijo. Tras una larga introducción, en la que habló sobre la desigualdad, que según su criterio se da porque las oligarquías deciden que la salud, la educación y la vivienda “no son derechos” y que la democracia no es solamente votar y elegir cada cinco o seis años, recordó los inicios de lo que llama la revolución bolivariana.
Dijo que en 1999 se inició una nueva revolución de independencia en su país, “encabezada por nuestro comandante infinito Hugo Chávez Frías“. Habló de referendos y elecciones y dijo que jamás en su país se había vivido un proceso tan democrático. Pero mencionó que casi desde el primer día fueron “enfrentados e incomprendidos” externamente.
Acusó al expresidente estadounidense George W. Bush de haber “dirigido, patrocinado y financiado”, el 11 de abril de hace tres años, un intento de golpe de estado contra el fallecido presidente Chávez. “Hicieron lo mismo que ahora hacen contra mí, una campaña mundial”, dijo.
En su discurso, Maduro se dirigía constantemente a los presidentes Rafael Correa, Raúl Castro, Cristina Fernández de Kirchner, Barack Obama, Dilma Rousseff, entre otros.
Otra extensa parte de su discurso se enfocó directamente en el presidente estadounidense Obama, a quien dijo respetar, pero no tenerle confianza. “Yo quiero creerle, no tengo confianza, lo respeto. Si quiere conversamos. Si no, será su legado para Venezuela: el decreto, el silencio y la prepotencia (…) Le tiendo mi mano, presidente Obama, para que resolvamos los asuntos que tengamos que resolver entre EE.UU. en paz, sin intervenciones”.
“He traído más de 11 millones de firmas que serán entregadas por vías diplomáticas y vengo a nombre de 30 millones de venezolanos a pedir a Obama que derogue el decreto, así lo pide por unanimidad Unasur y Celac”. Se refería a un documento que Estados Unidos emitió en que declaraba que Venezuela era una amenaza.
Para Maduro se trata de un decreto irracional y desproporcionado. “No me creo el cuento de que fue solamente una declaración. Hay que buscar caminos políticos, democráticos y jurídicos sobre este decreto que considera amenazante. Es muy peligroso se mete en la vida interna de Venezuela. Se lo estamos entregando a todos los gobiernos” .
Recalcó que su gobierno no es antiestadounidense sino antiimperialistas y consideró que ninguno de los presidentes presentes aceptaría un decreto de ese tipo. “Cristina (Kirchner) dijo que le causó risa y (Rafael) Correa que le parecía un chiste malo. Los problemas de Venezuela los resuelve Venezuela”.
“No somos un país tutoriado ni monitoreado”, dijo Maduro.