En las calles de Quito se registra un aumento de la presencia de limpiaparabrisas, pese a la emergencia sanitaria declarada por la pandemia del covid-19. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Han transcurrido más de 50 días desde que se declaró la emergencia sanitaria por el covid-19 y los malabaristas, cuidadores de carros, limpiadores de vidrios y gente que pide dinero vuelven, de a poco, a las calles de Quito. En un recorrido realizado por este Diario este jueves 7 de mayo del 2020 se constató que varias personas dedicadas a esas actividades se ubican en diferentes esquinas y semáforos del sur y norte.
Al recorrer la avenida Mariscal Sucre desde el sur, a la altura del intercambiador de Chillogallo, lo primero que aparecen son cientos de comerciantes autónomos con toda clase de productos. Los vecinos del sector han identificado que limpiaparabrisas y malabaristas se ubican en el semáforo de la calle Cusubamba para pedir dinero. Algunos se quejaron de que su presencia, a veces, intimida a quienes se movilizan en sus autos.
Al llegar a la intersección con la Pilaló, en la ciudadela La Gatazo, varios limpiaparabrisas ofrecieron sus servicios y sin autorización esparcían agua con jabón sobre los cristales de los carros a cambio de dinero.
Al preguntarles si sentían temor de contagiarse de coronavirus, contestaron que no tienen otras fuentes de ingresos para mantener a sus familias.
Son jóvenes y saben que esa enfermedad ha atacado con mayor fuerza a las personas cuyas edades oscilan entre 20 y 49 años, como lo ha informado el COE. Pero, el hambre los obliga a salir de sus casas y exponerse.
En algunos sectores de Quito se registra la presencia de familias en las calles. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En algunos sectores incluso hay familias con bebés y niños que piden dinero a los conductores y transeúntes. Cuando la luz cambió a rojo en el semáforo de la Mariscal Sucre y Hernán Gmoiner, en el barrio La Mena, se acercó un hombre extranjero con un bebé en brazos pidiendo unas monedas. Suplicaba por ayuda ya que no tenía empleo fijo.
Al frente se encontraba su familia, una mujer y dos niños pequeños. Sacaron comida de una bolsa y se alimentaron ante la mirada de cientos de peatones que caminaban por la vereda sin respetar la cuarentena. Cuando notaron que los observaban, ellos se asustaron y salieron de ese lugar rápidamente.
Ante la realidad de la gente que no tiene en donde quedarse y vive en la calle, el Municipio de Quito montó dos albergues que son manejados por el Patronato San José. Hasta la semana pasada, 28 personas con experiencia de vida en calle fueron valoradas por los técnicos de esa entidad, la Secretaría de Inclusión y el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Se abordó a 20 hombres, ocho mujeres y dos adultos mayores ubicados en la Plaza de Santo Domingo, Parque Cumandá y zonas aledañas al Centro Histórico. El MSP les hizo exámenes para evaluar si contrajeron la enfermedad.
Asimismo se les entregó mascarillas y guantes a la gente que vive en los espacios públicos. Quienes han aceptado ir a los albergues recibieron alimentación, atención en salud, terapias psicológicas y participan en actividades recreativas.
En la Av. Naciones Unidas y 10 de agosto, un hombre realizaba malabares este 7 de mayo del 2020. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En el Centro Histórico, en las calles Guayaquil y Bolívar, un hombre de aproximadamente 30 años hacía malabares y arrojaba al aire unas botellas de colores. Al terminar, se sacaba el sombrero para recaudar las monedas. Lo hacía frente a los policías y agentes metropolitanos que laboraban en el sector.
Más al norte, los artistas de calle aparecieron esta mañana en la 10 de Agosto y sus intersección con la Ramírez Dávalos y Naciones Unidas. Lo mismo ocurrió en la avenida De la Prensa y Luis Tufiño, así como en la 12 de Octubre y Cordero. Por momentos, parecía que la ciudad no se encontraba en cuarentena y ellos laboraban como si fuera cualquier día. No utilizaban guantes, tampoco mascarillas.
También hubo gente que pedía dinero en las esquinas y semáforos. Eso ocurrió en la 10 de Agosto y Cordero, De la Prensa y Emperador Carlos V, también en la Amazonas y sus intersecciones con la Atahualpa y República. Algunos mostraban carteles con mensajes en los que indicaban que perdieron sus trabajos y no tenían ingresos para dar de comer sus hijos.
Limpiaparabrisas y vendedores ambulantes se ubicaron este 7 de mayp del 2020 en la Av. Mariscal Sucre. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En Cumbayá hay cuidadores de vehículos que laboran desde temprano en la vía María Angélica Idrovo en donde hay varios restaurantes y locales comerciales.
Igual ocurre en las inmediaciones del Hospital Carlos Andrade Marín en la av. América y Asunción. Cuando un vehículo busca parquearse en su zona de trabajo, ellos aparecen de forma inmediata a ayudar a los conductores. Coinciden que esa es la única forma de conseguir dinero, pues ya no tienen alimentos en la casa; sus ahorros se han terminado y nadie les ayuda. Por eso, dicen, se vieron obligados a salir a laborar en la calle y exponerse.
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