Jorge Glas habló ante los medios de comunicación y aseguró que no renunciará a su cargo. Lenín Moreno firmó el decreto con el cual retiró funciones a Glas. Foto: EL COMERCIO
Jorge Glas se quedó solamente con el cargo de Vicepresidente. El primer mandatario, Lenín Moreno, a través del Decreto Ejecutivo 100, le retiró todas las funciones que le había encomendado.
Glas estuvo al frente de la articulación del Consejo Sectorial de la Producción. También, integraba el Comité del Consejo Consultivo Productivo y Tributario y el Comité para la Reconstrucción y Reactivación Productiva y del Empleo. El decreto de Moreno entró en vigencia ayer (3 de agosto de 2017).
Pasadas las 16:00, el Vicepresidente reaccionó. En una rueda de prensa dijo que no renunciará y que “con o sin funciones”, él seguirá trabajando. Constatará el avance de las obras que ha impulsado vía terrestre, porque se le quitó el acceso al avión presidencial. Glas responsabilizó de su seguridad a Lenín Moreno.
“Sabía a lo que me enfrentaba cuando expresé públicamente mi opinión, mi crítica, mi rechazo y mi denuncia”. Es una verdadera lástima que este Gobierno que se dice abierto a las críticas, agregó, tome retaliaciones políticas por expresar desacuerdos.
El Vicepresidente hizo referencia al comunicado que difundió el miércoles por la tarde en el que señalaba a Moreno por supuestamente manipular las cifras económicas del anterior Régimen para -según Glas- justificar un ‘paquetazo’ económico.
También, por supuestamente pactar con grupos de oposición.
Ahora Glas reconoció que se siente liberado para poder confrontar en temas que considera fundamentales para el proyecto de Alianza País. Como la defensa de la Ley de Plusvalía, que fue aprobada en el período legislativo anterior.
Tan pronto como terminó de dar sus declaraciones, en las inmediaciones de la Vicepresidencia, en el centro de Quito, comenzaron a concentrarse grupos que dijeron representar al ‘correísmo’.
Ellos avanzaron hasta la Plaza Grande y gritaron consignas en contra el Presidente de la República. Se escuchó, incluso, a personas pidiendo la salida del cargo a Moreno.
Los grupos se encontraron con otros que, en cambio, respaldaban la gestión del Primer Mandatario. A momentos hubo cruces de palabras.
Los agentes antimotines de la Policía llegaron al sitio para evitar que la situación se saliera de control. Ahí se mantuvieron hasta el cierre de esta edición, a las 18:30.
La pugna en el Poder Ejecutivo que se registró ayer coincidió con una visita del excandidado presidencial de México, Andrés López Obrador, planificada con antelación.
Él mantuvo la reunión a puerta cerrada con Moreno, en el Palacio de Carondelet, durante el mediodía.
Al finalizar la cita, dijo que esperaba que las diferencias entre el Presidente y el Vicepresidente se puedan superar a través del diálogo.
Mientras el excandidato presidencial era abordado por la prensa, en otro punto de Quito, en la Asamblea Nacional, los legisladores del oficialismo mantuvieron un encuentro a puerta cerrada. Tuvieron que suspender la vacancia legislativa, para acudir a una convocatoria hecha por el presidente del Legislativo, José Serrano.
En un principio estaba previsto que se iniciara a las 09:00. Pero no todos estuvieron a tiempo y trasladaron la instalación de la reunión a las 11:30.
El bloque de Alianza País (AP) y sus aliados contó con menos de la mitad del quórum.
En total existen 74 legisladores oficialistas. Sin embargo, a la cita acudieron 30.
Además, participó Ricardo Patiño, consejero presidencial y vicepresidente de AP.
El objetivo era tratar la crisis política que vive la organización, tras la ruptura entre el presidente Lenín Moreno y el vicepresidente Jorge Glas.
Legisladores como Augusto Espinosa se excusaron en la mañana. Él, a través de un mensaje en el grupo de WhatsApp del bloque, hizo conocer su postura: respaldar a Correa y a Moreno. Otros dijeron que no podían viajar desde sus provincias.
Los asistentes llegaron “con la esperanza” de que la bancada sirva de nexo para que el movimiento vuelva a la unidad. La mayoría prefirió no tomar partido con ninguno de los líderes de la revolución ciudadana.
Otros, en cambio, sí. Soledad Buendía se catalogó como “correísta”. Daniel Mendoza, en cambio, dijo que el camino era apoyar al presidente Lenín Moreno en su propuesta de diálogo nacional.
El encuentro terminó a las 16:00, tras cerca de cinco horas de debate. Pero -en el transcurso- varios legisladores abandonaron el lugar.
El primero fue Jorge Yunda, porque dijo tener una gestión personal pendiente. Luego fue el turno de Teresa Benavides, quien manifestó que padecía de un fuerte dolor de cabeza.
El ambiente en la cita se caldeó tras la publicación del Decreto Ejecutivo 100, que dejó sin funciones a Glas. Varios legisladores salieron del salón.
Sofía Espín, Carlos Viteri Gualinga, Karla Cadena y Marcela Aguiñaga se trasladaron a la Vicepresidencia de la República para apoyar al Segundo Mandatario en la rueda de prensa. Espín criticó la decisión del Primer Mandatario.
Aseguró que no se puede desconocer el trabajo del “constructor de las hidroelétricas”. El primero en salir tras la finalización de la sesión en la Asamblea fue Ricardo Patiño. Él dijo estar contento por los resultados.
Luego, Serrano dio un pronunciamiento. Dijo que lo hacía en representación de los 74 asambleístas de Alianza País y movimientos aliados.
Ellos lamentaron los pronunciamientos y medidas adoptadas por el binomio presidencial y vicepresidencial.
Anunciaron que se convocará tanto a Glas como a Moreno, para encontrar un solución inmediata a la crisis. Los asambleístas asumirán el papel de facilitadores.
Al finalizar la jornada, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se refirió a los hechos ocurridos ayer. Pidieron a los actores políticos, así como a la ciudadanía, que la institucionalidad del país sea respetada por encima de intereses partidistas e ideológicos.
“Esta ruptura no puede ni debe desviar al país del camino emprendido por el Señor Presidente, ni ensombrecer la acción de la Fiscalía y los órganos de control del Estado”.
En contexto
La fractura en el Ejecutivo y en el movimiento Alianza País se hizo evidente, luego de un cruce de mensajes entre Rafael Correa y Lenín Moreno. El manejo de las cuentas fiscales fue la piedra de toque, así como el diálogo nacional que impulsa el Presidente.