Jorge Glas se encuentra preso en la cárcel de Cotopaxi, en donde cumple la sentencia por asociación ilícita en el caso Odebrecht. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que solicitó al Estado medidas de protección para el exvicepresidente Jorge Glas Espinel, menciona en su resolución dos tipos de riesgos: a la vida y a la integridad personal.
Específicamente dice que el exfuncionario tiene “padecimientos crónicos” que requieren tratamiento y atención médica y, en segundo lugar, que durante su permanencia en la Cárcel Regional de Cotopaxi ha sido “supuestamente expuesto a amenazas”.
Según la información que entregaron Fausto Jarrín y Natasha Suñé, quienes solicitaron las medidas cautelares, Glas “es permanentemente amenazado” por otros presos, ya que su celda se encuentra en el camino al baño.
Dijeron que él habita en una celda sin luz ni electricidad ni batería sanitaria y que estas condiciones le han producido crisis de ansiedad, insomnio crónico, problemas gástricos y respiratorios.
“Los presos, al pasar, lo insultan y amenazan de extorsión y de muerte; esto lo hacen frente a los policías y guías penitenciarios”, dijeron Jarrín y Suné.
También aseguran que un reo que vivió varios días en la celda contigua a la de Glas le decía: “devuelve el dinero, dónde está el dinero. Te vamos a matar”.
Los abogados del exvicepresidente le contaron a la CIDH sobre un video que circuló en redes sociales en donde “internos encapuchados y con cuchillo en mano amenazaron con asesinar a Glas”.
Este video se hizo público en junio del 2019. Entonces los abogados del exfuncionario pidieron su traslado a la Cárcel 4, en el norte de Quito.
En ese momento, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI) indicó que las imágenes no tenían índices de veracidad, pero anunciaron que aplicarían protocolos de seguridad.
María Paula Romo, ministra de Gobierno, también comentó en su momento que las instalaciones que aparecen en el video no coinciden con las características de un centro de rehabilitación social. “Pero nunca subestimamos una amenaza”, agregó en ese entonces.
El Estado, por su parte, respondió a la CIDH que Glas ha recibido “un trato prioritario” durante su reclusión en la cárcel de Cotopaxi, en donde cumple una condena de seis años de cárcel por la trama de corrupción en el caso Odebrecht.
Allí, según el Estado, tiene agua caliente, estudia, tiene una computadora, hay una cámara de vigilancia que da directo a su celda y recibe tres comidas al día; una dieta blanda, que fue propuesta por un profesional de la salud.
Además, indicó que él ha recibido atenciones médicas desde el 1 de agosto al 5 de noviembre del 2019. “El Estado alega que las malas condiciones en las que se encontraría Glas fueron desvirtuadas por las distintas autoridades judiciales, quienes evidenciaron que ha recibido un trato prioritario, sin que se desprenda que su vida haya estado en riesgo”.
Según el Estado, el pedido de medidas cautelares de Glas “radica en la inconformidad con la orden de traslado”, en octubre del 2018, de la Cárcel 4 al Centro Regional de Cotopaxi.