Imagen referencial. El teletrabajo ha provocado que los jefes conozcan más detalles personales de sus trabajadores. Foto: Freepik
La pandemia del covid-19 ha trastocado varios ejes en la sociedad. Uno de ellos ha sido el cambio del trabajo presencial hacia el teletrabajo.
Pero esta modalidad también ha implicado nuevos retos y varios ajustes, como una nueva forma de relacionamiento entre empleadores y empleados, entre jefe y trabajador. ¿Por qué?
Sobre este tema el medio BBC recoge este jueves 29 de abril del 2021 que, por ejemplo, antes de la pandemia las empresas o empleadores se limitaban a conocer aspectos básicos o esenciales sobre su trabajador: domicilio, fecha de cumpleaños, edad, nombres completos. Sin embargo, ahora el teletrabajo, al trasladar las cargas laborales al hogar, supone la necesidad de conocer otros datos que bien podrían ser más íntimos.
“Cuando las escuelas cerraron, los niños empezaron a aparecer sentados en los regazos de sus padres durante las reuniones por Zoom. Los parientes adultos mayores con los que viven y a los que cuidan estaban presentes en el fondo de la habitación”, manifiesta Ruth Turner, directora senior del Forward Institute, un organismo sin fines de lucro con sede en Reino Unido.
Antes del ‘homeoffice’, dice la BBC, los jefes seguramente no preguntaban sobre cosas diarias de sus trabajadores. Pero ahora, con reuniones virtuales, los trabajadores deben mencionar que aparecerán en los videos con sus hijos o proporcionar otros detalles para que alguna situación familiar no tome de improviso a los demás compañeros de la empresa.
“Más allá de hablar de responsabilidades de cuidado o circunstancias del hogar, algunas personas tuvieron que revelar problemas de salud que anteriormente habían mantenido en privado”, señala el medio citado.
Estos temas en particular, a criterio de Turner, pueden poner en entre dicho el tema de la privacidad. Además señala que, después de que los empleadores conozcan intimidades de sus trabajadores, es probable que exista un cambio de relacionamiento entre ambas partes.
“Y si el efecto duradero de la abrupta necesidad de ser más abiertos con nuestros empleadores trae lugares de trabajo más flexibles que pueden adaptarse a las responsabilidades, desafíos y complicaciones que forman parte de nuestras vidas, tal vez los trabajadores consideren que sacrificar un poco de privacidad merece la pena“, considera la ejecutiva inglesa.