Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, a su llegada a la avenida 9 de Octubre. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Luego de recorrer, con dificultad, en medio de millares de personas, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot subió a una tarima levantada en el Malecón 2000, desde donde, a las 16:51 de este jueves 25 de junio del 2015, inició su discurso.
En el marco de la marcha convocada para rechazar las políticas del gobierno de Rafael Correa, inició manifestando que la multitud allí presente, “ordenada y pacífica, pero rebelde, es el Guayaquil que representa a la patria ecuatoriana”.
El Burgomaestre destacó que “nunca, solo ante Dios, he inclinado mi cabeza pero hoy la inclino ante ustedes, guayaquileños y ecuatorianos, por la patria que somos absolutamente todos”.
La fogosidad de su discurso comenzó a subir de tono cuando le dijo a la multitud que ya no les quema el sol –cuya intensidad había bajado de tono en la calurosa tarde porteña- pero que el fuego que ha salido de sus almas patriotas es lo que ha encendido una gigantesca antorcha que no se apague jamás.
“Que ilumine esta antorcha nuestro camino a la prosperidad pero que también ilumine nuestro entendimiento para que jamás transitemos por el sendero de la amargura, de la demencia y de la injusticia. Y que también esta antorcha incendie al Ecuador, que lo incendie de civismo para rechazar ese país que no es el nuestro y que nos quieren imponer, que lo incendie de valor para reclamar con agallas el país que queremos y merecemos y por el cual lucharemos hasta la muerte”.
“No se puede llamar a la unidad con una lucha de clases”, señaló, al cuestionar la convocatoria hecha por Correa para dialogar, una vez que retiró temporalmente de la Asamblea los proyectos de las leyes de herencias y de plusvalía.
“Aquí estamos para decirle a este hombre ándate al carajo con tu propuesta divisionista”, dijo. “El país de Correa se acabó“, agregó. “Está volviendo a ser el Ecuador que queremos, libre, justo, solidario y unido”. Y se refirió a las protestas efectuadas por miles de quiteños desde inicios de junio en la av. De los Shyris. “En quince días se viró la tortilla. En un avión despegó un rey soberbio”, dijo y resaltó al “pueblo valiente de Quito“.
“Si el Gobierno no quiere oír, que se haga cargo de las consecuencias lo que va a pasar en el Ecuador. Nosotros, ustedes, los ecuatorianos y yo a luchar sin medir el riesgo…. Con cerebro, corazón y cojones vamos a vencer”.
“Cuando se trata de la familia no hay claudicación… y si la patria y la familia requieren otro 9 de octubre y otro 24 de mayo, pues vengan, se abrazarán otra vez nuestras banderas… para Guayaquil otra aurora gloriosas y para el Ecuador una nueva independencia”.
“Este es el momento de la patria, de rescatar el país sobre todas las cosas y sobre todos los intereses”. El Alcalde respondió: “Este es el momento de la patria, de rescatar el país sobre todas las cosas y sobre todos los intereses”. Y después manifestó: “Si quieren darle una patada democrática, désenla en esos grandes glúteos pero en las urnas democráticamente”.