La investigación por daños al Metro de Quito involucra a más actores

La palabra“vandals” fue grafiteadaen uno de los vagones del Metro, el domingo. La reacción de los guardias evitó que pintaran los otros 5 vagones. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La palabra“vandals” fue grafiteadaen uno de los vagones del Metro, el domingo. La reacción de los guardias evitó que pintaran los otros 5 vagones. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La palabra“vandals” fue grafiteadaen uno de los vagones del Metro, el domingo. La reacción de los guardias evitó que pintaran los otros 5 vagones. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

El grafiti en el Metro de Quito fue pintado entre las 02:30 y las 03:00 del domingo pasado. En ese lapso, 20 personas vestidas de negro y encapuchadas ingresaron en el área de cocheras de la estación Quitumbe (sur de Quito), sometieron al personal de seguridad, pintaron los grafitis y huyeron.

Esta versión de lo ocurrido en el atentado al vagón del primer tren del Metro de Quito, expuesta por la Policía Nacional la mañana de ayer (lunes 10 de septiembre del 2018), tiene un hecho adicional: el sonido de la explosión de un faro de una de las torres de energía y el disparo de uno de los guardias habría precipitado el escape de los grafiteros, quienes dejaron indicios para arrancar las investigaciones.

Francisco Páez, subcomandante de la Policía Nacional en el Distrito Metropolitano, no adelantó qué tipo de elementos encontraron pero dijo que están siendo sometidos a pericias, con las que esperan obtener información de los posibles autores del hecho. Tres unidades especializadas trabajan en eso.

Los videos de las cámaras de los sistemas de vigilancia, ubicadas en los sectores aledaños a la estación, también son analizados para identificar a los responsables de los grafitis vandálicos contra el Metro.

Actualmente, según Páez, la etapa de flagrancia terminó y el proceso, por delegación de la Fiscalía de Pichincha, se encuentra en indagación previa. Esto significa que la Policía inició procedimientos de inteligencia y monitoreo de las redes sociales para recabar información.

Pero, ¿cómo se podrían establecer las identidades de los responsables? Una de las herramientas a las que recurre la Policía es el análisis grafológico. Fausto Olivo, jefe de Criminalística de la Policía, señaló que ese tipo de estudio toma en cuenta el diseño, mensaje, color y el material utilizado para determinar la personalidad gráfica de los autores.

Con esa información, precisó Olivo, se puede determinar si quienes realizaron el dibujo pertenecen a un grupo o su diseño es similar a otros grafitis ubicados en la ciudad.

El Municipio quiere hallar a los responsables a como dé lugar. El alcalde Mauricio Rodas dijo que este es un acto reprochable que debe ser sancionado. Como parte de las acciones en contra de quienes practiquen el grafiti vandálico, el Cabildo destinará USD 100 000 como aporte al programa de recompensas que está en manos del Ministerio del Interior.

Esos recursos serán administrados por esa Cartera de Estado. Diego Tipán, subsecretario, indicó que los montos dependen de una tabla que valora la eficacia y veracidad de la información entregada. Las denuncias se receptarán al número 1800-delito (335 486), opción 2. También se puede llamar al 911.

Rodas aclaró que ese fondo no es solo para buscar información sobre el ataque al Metro sino para cualquier atentado que dañe algún bien público, privado y patrimonial. Una vez que se termine, se analizará si se renueva el convenio con el Ministerio del Interior.

Municipio busca a responsables de atentado vandálico contra el primer tren del Metro de Quito. Fotos: Diego Pallero / EL COMERCIO

Otro detalle importante revelado por Páez es que en el interior del área de cocheras de la estación de Quitumbe, los guardias no tenían botones de pánico para pedir auxilio directo a la Policía. “Estos fueron instalados después del hecho”.

Son 25 000 metros cuadrados de área techada y 13 hectáreas para zona de cocheras, según Mauricio Anderson, gerente de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito. Para resguardarlas había un total de 15 efectivos de una empresa de seguridad privada.

Señaló que la dotación de seguridad se enmarca dentro de los protocolos internacionales para este tipo de proyectos. Manifestó que el número de guardias era suficiente para precautelar la infraestructura y dotación que hay en el momento en Quitumbe. Pero “no contaban con la irrupción de 20 personas para pintar uno de los vagones del Metro”.

Gabriel Buitrón está vinculado al grafiti desde hace 15 años. Estudió Comunicación y su tesis la dedicó a este tema. Para él, lo suscitado en el Metro debe entenderse más allá de lo que el Municipio intenta definir como arte o rayones.

Buitrón explica que la palabra ‘vandals’ (vándalos) que se rayó en el Metro, no son solo letras ininteligibles. “Se puede entender como una respuesta ante el anuncio de la guerra contra el grafiti y los recursos empleados para perseguir a quienes lo practican”.

Para los grafiteros, el ‘vandal’ es un tipo de grafiti. “La misma palabra ‘vandals’ muestra que son personas que ven en el vandalismo una forma legítima de enviar un mensaje”, señala Buitrón. Por eso, la respuesta del Municipio no solo debe ser en el ámbito de la seguridad sino con acciones en favor de este tipo de expresiones de arte urbano.

En el entorno de quienes hacen grafitis, contó Buitrón, hay una competencia que sustituyó, en un momento, la violencia con armas entre las pandillas. “Hay peleas pero con grafitis. Eso te lleva a competir por el dibujo en el lugar más resguardado, arriesgado y de mayor impacto”.

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