El ingreso de ciudadanos de Venezuela se intensifica en Rumichaca

Édgar Bucanés (der.) cruzó ayer Ibarra rumbo al Perú. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO

Édgar Bucanés (der.) cruzó ayer Ibarra rumbo al Perú. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO

La oficina de Migración, de Ecuador, en el puente de Rumichaca, atiende entre 2 000 y 2 800 trámites diarios. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO

Las caravanas de ciudadanos de Venezuela caminando por las orillas de las carreteras volvieron a a verse en la Sierra norte del Ecuador.

Este martes 30 de abril del 2019, grupos de hombres, mujeres y niños, cargados con maletas, cruzaban las provincias de Carchi y de Imbabura, rumbo al interior del país u otras naciones del sur.

Ni el intenso sol del mediodía frenaba la caminata de los extranjeros, que huyen de la crisis política y económica de su país. Así lo expresa Édgar Bucanés, de 19 años, uno de los aventureros, que avanzaba junto a seis adultos y tres niños que encontró en su camino. Su destino está en Lima, Perú.

Todos tenían el rostro tostado por el sol y se mostraban cansados por la travesía. Se los observa en Huaca (Tulcán) y el Valle del Chota, en el ingreso a Ibarra y en Atuntaqui (Imbabura).

“Llevamos tres meses viajando. Unas veces caminando y otras en ‘cola’ (en vehículos que les transportan gratuitamente), señala Wilson Asuaje, que estaba acompañado de su esposa y dos niñas. Ellos van hasta El Oro. Ahí se estableció un pariente que trabaja en una camaronera, asegura.

El ingreso masivo de los extranjeros fue creciendo nuevamente desde el 28 de marzo pasado, como sucedió en agosto del año anterior.

Édgar Bucanés (der.) cruzó ayer Ibarra rumbo al Perú. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO

El 27 de marzo se derogó la exigencia de la presentación del certificado judicial apostillado que, junto a la cédula de ciudadanía, eran los requisitos para que los venezolanos pudieran ingresar al país, explica un funcionario de Migración.

Vladimir Velasco
, director distrital del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) de Tulcán, señala que desde marzo pasado se han observado altibajos en la movilidad de los venezolanos que llegan a Rumichaca, en la frontera entre Ecuador y Colombia, a causa de varios factores.

Recuerda que luego del paro indígena en el vecino país, que terminó el 6 de abril último, tras 27 días de protestas, llegó a la frontera un grupo numeroso de viajeros que quedaron represados en el centro de Colombia. Asegura que la oficina de Migración de Ecuador atendió entre 2 000 y 2 800 trámites diarios de viajeros, durante el mes anterior.

Por eso, el MIES aplicó su plan de contingencia, con énfasis en la movilidad de niños y adolescentes y sus familias. “El principal problema de este grupo de atención prioritaria es que viaja sin documentos. Es por ello que un equipo especializado realiza entrevistas psicosociales a los menores, para hacer un acercamiento con sus familias en Venezuela o en otro país”.

El objetivo es establecer nexos para que regularicen su ingreso al Ecuador.

Las instituciones públicas y privadas que apoyan la movilidad humana en Rumichaca retomaron los viajes gratuitos en autobuses desde este punto hasta Huaquillas, en la frontera entre Ecuador y Perú. Cada día se movilizan entre 160 y 240 pasajeros.

Una cita en Perú para tomar acciones sanitarias

La agencia EFE informó que las autoridades de 15 países de América debaten desde este martes 30 de abril en Lima (Perú), posibles soluciones conjuntas para atender los desafíos en salud pública planteados por el masivo éxodo de venezolanos, que llegan a sus territorios. Entre los asistentes estuvieron delegados de Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana y Perú.

La sesión estuvo liderada por el secretario estadounidense de Salud y Servicios Humanos, Álex Azar, y fue inaugurada por el primer ministro de Perú, Salvador Del Solar, en compañía de la ministra peruana de Salud, Zulema Tomás.

Azar señaló en esta reunión que EE.UU. está “preocupado” por la crisis creada por el régimen de Nicolás Maduro y sus efectos en la salud pública.

“Este panorama no solo amenaza al pueblo venezolano sino también la seguridad colectiva en salud. La ola de migrantes y refugiados están impactando en las naciones que acogen a los venezolanos, y no solo a los más cercanos de ese país”, comentó Azar.

Según él, muchos ciudadanos abandonan Venezuela por padecer enfermedades e infecciones que no pueden ser tratadas en su país, por la falta de medicamentos. Algunos de ellos padecen males como el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH) y otros ya en su fase de sida. Pero también cáncer e hipertensión.

Azar consideró “particularmente alarmante”, el caso de enfermedades que estaban controladas o altamente eliminadas en otros países.

“Nuestro objetivo es identificar áreas específicas donde tenemos que trabajar juntos para brindar soluciones regionales”, indicó el funcionario.

El Secretario de Salud de EE.UU. recordó que la ONU informó en febrero que 3,4 millones de venezolanos han salido de su país en los últimos dos años y que la previsión es que lleguen a 5,3 millones para final de este 2019.

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