La industria invirtió menos en maquinaria durante el 2016

En la compañía Jarcargo no se realizaron importaciones directas de unidades. La recesión afectó al transporte. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

En la compañía Jarcargo no se realizaron importaciones directas de unidades. La recesión afectó al transporte. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

En la compañía Jarcargo no se realizaron importaciones directas de unidades. La recesión afectó al transporte. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La recesión económica del 2016 generó una caída de las importaciones de maquinaria, repuestos y otros bienes de capital destinados al sector productivo. Las salvaguardias también afectaron las compras de estos insumos.

Las cifras de comercio exterior del Banco Central del Ecuador (BCE) revelan que este tipo de compras cayó 26,2% en dólares durante el 2016 frente al año previo. La caída en toneladas fue del 24,5%.

Uno de los segmentos golpeados fue el de la industria, cuyas adquisiciones también redujeron en valor y volumen. La baja fue de 24,3% y 21,32%, respectivamente.

Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industrias Textiles del Ecuador (AITE), indicó que la importación de maquinaria y repuestos para hilatura, tejeduría y acabados textiles cayó de un total de USD 33 millones en el 2015 a 19 millones en el 2016.

También hubo una baja en las compras del sector de la confección, donde las importaciones cayeron en un 53,7%.

El gremio indicó que las ventas del sector se redujeron 20% el año pasado, un escenario que llevó a las empresas a trabajar a la mitad de su capacidad. No fue necesario traer tanta maquinaria y las inversiones se redujeron.

Los empresarios del sector optaron, más bien, por realizar una actualización tecnológica de la maquinaria, para hacerla más eficiente o repararla.

Empresas de otros segmentos como Kubiec - Conduit, que opera en el sector de construcción, importó máquinas, pero se trató de una compra planificada con anterioridad. “Veníamos reinvirtiendo mucho porque había un auge de la construcción. Pero luego la situación económica se complicó y vimos que iba a haber menos proyectos. La importación del 2016 estuvo planificada en años anteriores”, indicó Henry Yandún, dueño de la firma.

Esos bienes incluyeron máquinas para la fabricación de nuevos productos para la construcción como techos con aislamiento termoacústico (evita que entre el calor y el ruido) y de estructuras metálicas más modernas.

Yandún cree que en crisis hay que buscar soluciones y una de ellas son los nuevos nichos de mercado. Por ello, para este año prevén importar nueva maquinaria.

La contracción del sector de la construcción golpeó a otros sectores como el del transporte pesado, cuyos directivos cuentan que se redujó el número de fletes. Y, con menos trabajo, no era necesaria la adquisición de más equipos.

Según el BCE, la importación de bienes de capital para el transporte fue la que más cayó entre todos los segmentos de este rubro. Registró una baja entre 2015 y 2016 de 32,1% en valor y 28,7% en toneladas.

Juan Carlos Andrade, presidente de la Federación Nacional de Transporte Pesado y titular de la empresa Noroccidental, explicó que hay mucha oferta de camiones y poca carga, lo que influye directamente en la importación. “A esto hay que sumarle el costo de los camiones por la aplicación de la salvaguardia general”.

Al inicio de la medida, en marzo del 2015, se fijó una sobretasa de 45% para estos productos, adicional al arancel. Esto llevó a un crecimiento de costos de entre el 25% y el 70%, según los transportistas.

Noroccidental, que tiene una flota de 120 unidades, no importó vehículos en el 2016. Esta firma da servicio, principalmente, a la industria petrolera del país y que se encuentra afectada por la caída de los precios del crudo.

Las empresas de camiones que prestan servicios a otras industrias también se han afectado, según Camilo Jarrín, propietario de la empresa Jarcargo. Esta empresa brinda servicios de carga de líquidos en Ecuador, Colombia y Perú.

“Con las salvaguardias se encarecieron los precios. Un camión de USD 108 000 llegó a costar 150 000. Con el flete que tenemos ahora no se logra compensar eso, está caído totalmente el negocio”, comentó el empresario del transporte. El año pasado importó un total de 12 camiones Hino.

Aunque no dio cifras, dijo que fue una cantidad menor respecto al 2015 y que no lo hizo directamente, sino a través de Mavesa. Con esa firma lograron que los japoneses asumieran la salvaguardia, que ahora está en 35%.

Este empresario, quien preside la Cámara de Transporte Pesado de Pichincha, comentó que cuando la economía estaba bien un camionero hacía ocho viajes en el mes, pero hoy hace solo cuatro.

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