El el pasado viernes 1 de noviembre del 2019 unas 35 000 personas se manifestaron en Islamabad en contra del primer ministro Imran Khan. Foto: AFP
El Gobierno paquistaní y la oposición no lograron alcanzar este martes 5 de noviembre del 2019 un acuerdo que ponga fin a la masiva protesta en Islamabad que exige la dimisión del primer ministro, Imran Khan, por supuesto fraude durante las elecciones de 2018, y la celebración de nuevas elecciones.
“Estamos en la misma posición”, afirmó en una breve rueda de prensa Pervez Khattak, ministro de Defensa y jefe del equipo gubernamental que negocia con la oposición.
Khattak indicó que han “accedido a varias de las demandas de la oposición” en busca de un “punto intermedio” y que continuarán las negociaciones.
Por su parte, Akram Durrani, del partido Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), que ha organizado la protesta, afirmó en la misma comparecencia que no piensan dar un paso atrás en su demanda de la dimisión de Khan.
“Somos firmes en nuestras demandas. Nuestra posición es la misma que antes”, remarcó Durrani, líder del equipo que negocia con el Gobierno en nombre de su partido y de otras formaciones opositoras como la Liga Musulmana de Nawaz Sharif o el Partido Popular de los Bhutto, que se han unido a la protesta.
Miles de manifestantes han acampado en la capital, adonde llegaron el jueves tras comenzar una marcha desde la sureña ciudad de Karachi el domingo anterior.
El viernes unas 35 000 personas se manifestaron en Islamabad en una protesta en la que el presidente del JUI-F, Fazlur Rehman, dio dos días a Khan para que dimitiese por supuesto fraude durante las elecciones de 2018, supuestamente organizado por el Ejército.
El Gobierno descartó categóricamente la dimisión del primer ministro. Por su parte, el Ejército advirtió de que “no se permitirá a nadie crear inestabilidad en el país” y aseguró que no se entromete en política.
El Ejército ha gobernado el país casi la mitad de su historia desde su independencia en 1947 e incluso en los periodos democráticos ejerce una gran influencia.
Además de por el supuesto fraude electoral, los manifestantes denuncian la situación de la economía, con una alta inflación y bajo crecimiento, que golpean especialmente a los pobres.
Se trata del primer desafío multitudinario de la oposición desde que el partido Pakistán Tehreek–i–Insaf (PTI) de Khan ganó las elecciones.