Una de las residentes de la casa de adultos mayores Feliz Hogar, durante una videollamada con su familia. Foto: Cortesía Fundación Humanitaria Rotary Club Quito Sur
Tras la suspensión de las visitas en los geriátricos por la emergencia sanitaria, Yolanda Padilla y su mamá Eugenia, de 83 años, no han dejado de hablar. Cuatro veces por semana conversan sobre sus actividades diarias, se sonríen y se envían bendiciones. Este rito lo cumplían en cada visita. Hoy lo hacen a través de una pantalla, gracias a videollamadas.
Desde hace ocho años, Eugenia vive en Mi Amigo Divino, en el valle de Los Chillos. Su hija, de 53 años, le llevaba medicina, pañales y golosinas. En ocasiones -cuenta Yolanda- salían a pasear y a comer algo.
Sin embargo, desde el 14 marzo, esa rutina cambió. Ese día los encargados les anunciaron que las visitas quedaban prohibidas, debido al covid-19.
Este afecta más a adultos mayores, mucho más a quienes tienen hipertensión, males cardíacos y respiratorios. En estudios de China se ve que entre menores de 9 años no hubo fallecidos. A partir de los 50 hay afecciones moderadas; en los 60 son severas. Y la mayoría de octogenarios muere.
Con ese antecedente, Antonio Loya, encargado del centro, relata que una de sus primeras decisiones fue restringir las visitas a los ‘abuelitos’.
En seis sedes donde se acoge a 70 residentes, se ha prohibido el ingreso de familiares y proveedores. Los trabajadores usan trajes de bioseguridad y tienen transporte. En el norte, la Fundación Humanitaria Rotary Club Quito Sur cuenta con una residencia llamada Feliz Hogar, donde conviven 39 adultos mayores.
Desde el inicio de la crisis se armó un protocolo para protegerlos. Antes de suspender las visitas, todo familiar que ingresaba debía cumplir las medidas de desinfección: lavado de manos y uso de alcohol gel.
Cuando los casos de covid-19 se incrementaron en el país suspendieron las visitas y dieron paso a la comunicación virtual, a videollamadas.
Los residentes se conectan vía Zoom con su familia, por lo que se hizo un cronograma, para que todos accedan. Lo hacen durante 20 o 30 minutos, comenta Mishell Mulky, encargada. “Los mensajes deben ser positivos y llenos de alegría”.
En el geriátrico Plenitud Ciudad Alegría, en el sur, a los parientes de quienes pasaban solo el día se les pidió que escogieran dejarlos como residentes o que los cuidasen en sus casas. Ahora hay 78 abuelitos. Si alguien enferma y debe salir al hospital para ser chequeado no vuelve al centro.
En estos geriátricos no se han registrado casos. Pero en países como Estados Unidos sí hubo contagios masivos. En el hogar Andover Subacute and Rehabitation Center han fallecido 68 personas, según información recogida por CNN.
En Reino Unido, la cifra oficial de fallecidos en geriátricos es alarmante. Suman 4 343 decesos solo en residencias, entre el 10 y el 24 de abril.
En Ecuador hay 1,2 millones de adultos mayores; en Quito son 90 267. El MIES reporta 61 centros administrados en convenio y de forma directa. En Internet hay más de 20 privados, no se sabe si cumplen con condiciones, no hay controles.
Ayer, en una casa de cuidado, en La Atahualpa, en el sur, se les pidió a los familiares retirar a los ‘abuelos’ pues los dueños se contagiaron. Salud dijo que hacen seguimiento del caso.
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