Antonio Gagliardo regresará a Guayaquil tras salir de la Corte Constitucional mientras que su hermano Gastón seguirá hasta el 2017 en Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En la sala del departamento, que Antonio Gagliardo alquilaba en Quito, hay cajas y bultos desordenados. El pasado lunes 26 de octubre del 2015 empezó a guardarlo todo. Ese día, su nombre y el de dos jueces más salieron sorteados para dejar la Corte Constitucional y ser reemplazados el 6 de noviembre.
Así que se prepara para regresar a su natal Guayaquil. Su hermano Gastón, el asambleísta de Alianza País, es el más golpeado. Viven en departamentos contiguos en un edificio ubicado en la Inglaterra y República.
En los últimos tres años Antonio fue juez de la Corte Constitucional y compartió con Gastón desayunos, almuerzos y viajes. Ahora se distanciarán. “Claro que me afecta emocionalmente. Ahora solo lo veré en las reuniones familiares de los domingos. Así es la vida”, lamenta Gastón. Él reside desde el 2009 en la capital por su trabajo como legislador.
La mañana de hoy, miércoles 28 de octubre del 2015, los guayaquileños hablaron distendidamente con EL COMERCIO. La cita fue en el departamento de Gastón.
¿Es real esa conexión especial que dicen que hay entre gemelos? Los hermanos Gagliardo, de 48 años, están seguros de que así es. Y citan dos ejemplos que no dejan lugar a dudas sobre su fuerte vínculo. Era el 8 de marzo del 2012. En ese entonces, Antonio se desempeñaba como Fiscal Provincial del Guayas. Ese día sufrió un accidente y cayó por unas escaleras.
Su hermano Gastón estaba en casa merendando. Sentado en el comedor sintió un dolor extremo en la pierna. Se tocó el muslo, la rodilla, se puso un ungüento, analizó si hizo esfuerzo físico horas antes…Nada. Al día siguiente llamó a su padre y se enteró de la caída de su hermano Antonio.
Gastón (izq) y Antonio (der) tocan la guitarra desde los 10 años.
Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La segunda ocasión que sintió algo similar fue en la juventud. Tenían 22 años. Era 1989. Antonio se accidentó con su vehículo. Gastón tuvo una reacción particular: se levantó en la madrugada con el corazón retumbándole en el pecho. Luego entendió la razón de eso. Tal es la conexión que tienen los dos, que incluso son compadres. El uno es padrino del hijo del otro.
Antonio dice que estos tres años en Quito fueron un paraíso. Todo lo contrario de sus años como Fiscal en Guayaquil. Tuvo numerosas amenazas de muerte. Llevó casos complejos de narcotráfico, coyoterismo, peculado, crimen organizado…En el 2008 se tomó en serio las intimidaciones. El entonces gobernador de Los Ríos y amigo personal de Antonio, lo llamó y lo alertó. Le contó que tenía evidencias reales de que sicarios querían atentar contra su vida. Fue entonces cuando la Policía le asignó custodia las 24 horas.
Ahora que dejará la Corte Constitucional dice que se dedicará a la docencia. Posiblemente regrese a la Universidad Espíritu Santo (Uess), donde trabajó más de una década. También piensa levantar un estudio jurídico. Su hermano Gastón seguirá hasta 2017 en Quito. Ese año concluirá su período como legislador.
La entrevista con este Diario terminó con un recital de los hermanos Gagliardo, quienes aseguran que la distancia no importa, la conexión que tienen se mantendrá. Interpretaron ‘Ojos negros’, una canción clásica rusa. Los dos tocan la guitarra desde los 10 años. Antonio ahora lo hace en la Iglesia San Marcos, en Los Ceibos, en Guayaquil, y Gastón en la iglesia Santo Tomás, en Daule. De hecho formaron parte del coro que participó en la misa que ofició el papa Francisco en el Puerto Principal.