El general Juan Jaramillo comanda la Zona 1, que corresponde al cordón fronterizo entre Ecuador y Colombia, desde Esmeraldas, pasando por Carchi hasta Sucumbíos. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
El general Juan Jaramillo es Comandante jefe de la Zona 1; es decir, del cordón fronterizo entre Ecuador y Colombia, desde Esmeraldas hasta Sucumbíos. Durante los últimos meses, después de los acontecimientos registrados a principios de 2018, en la zona fronteriza de Esmeraldas se siente una relativa calma.
Sin embargo, el frente Óliver Sinisterra, liderado por alias ‘Guacho’ no es el único grupo armado irregular que opera frente a territorio ecuatoriano. Desde la perspectiva del General, el resto de la frontera no debe ser descuidado.
La problemática de seguridad en la frontera norte, de hecho, se refleja en cifras. Esmeraldas tiene una tasa de 12,16 muertes violentas por cada 100 000 habitantes, mientras que Sucumbíos tiene 13,61, según indicó el General durante una entrevista. A escala nacional se espera cerrar el año con 5,6.
Hace dos días que estamos aquí y la sensación es casi de normalidad ¿Cómo ve la situación en los últimos meses?
A raíz del atentado del 27 de enero (de 2018), se desplazó un fuerte contingente de talento humano, especialmente de las unidades especiales tácticas. Además de eso, vinieron unidades de inteligencia que se encuentran todavía trabajando acá. Hemos establecido puntos de control, como ustedes han podido verificar en Palma Real. Ese personal antes no había; hay personal del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC).
El cuartel, a casi un año de la explosión
El Cuartel General de la Policía Nacional en San Lorenzo sigue resguardado por dos tanquetas. La circulación ha sido restringida a la mitad frente a la entrada principal tras el atentado con coche bomba del 27 de enero de 2018. El edificio de vivienda, severamente dañado, ha sido reconstruído. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
El Cuartel General de la Policía Nacional en San Lorenzo sigue resguardado por dos tanquetas. La circulación ha sido restringida a la mitad frente a la entrada principal tras el atentado con coche bomba del 27 de enero de 2018. El edificio de vivienda, severamente dañado, ha sido reconstruído. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
El Cuartel General de la Policía Nacional en San Lorenzo sigue resguardado por dos tanquetas. La circulación ha sido restringida a la mitad frente a la entrada principal tras el atentado con coche bomba del 27 de enero de 2018. El edificio de vivienda, severamente dañado, ha sido reconstruído. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
También tenemos personal en Limones; esta es una parroquia muy grande que pertenece al cantón Eloy Alfaro. Ahí también reforzamos con gente de las unidades especiales para mantener el control, ver actividades que no se dan normalmente y, hasta la presente fecha, en estos sectores no hemos tenido novedades de importancia.
Tenemos puntos de control en Lita. Estamos coordinando con Fuerzas Armadas para mantener un control en aquel poblado, otro control también lo tenemos en el (kilómetro) 3,8 de la vía a Mataje.
Existe hoy una coordinación con la Fuerza de Tarea Conjunta que está dirigida por el general (Gustavo) Acosta, que es quien lidera en la parte militar. Nosotros, como policía, lideramos en temas de seguridad. Pero coordinamos algunas acciones como los controles de armamento, municiones y explosivos.
Los puestos de la vía a Mataje y el de Lita son controles combinados: están Fuerzas Armadas y está la Policía Nacional. Nosotros necesitamos presencia allí y hemos detectado casos cuando hay gente que ingresa o sale con precursores químicos o combustible. Y cuando Fuerzas Armadas tiene también su control más adentro, lo que hacemos nosotros es judicializar porque la parte legal nos compete a nosotros como Policía: judicializar y poner a orden de las autoridades competentes.
Los Camex (controles de armamento, municiones y explosivos) nos los da Inteligencia y nos dice: “por aquí pueden estar pasando”, entonces nosotros estamos ahí con Fuerzas Armadas y, en horas determinadas, realizamos operativos sorpresa. Esto puede ser en Río Verde, en Eloy Alfaro, en cualquier parte de la provincia de Esmeraldas.
No nos hemos despreocuopado de la seguridad ciudadana. El componente de policías tiene sus patrulleros, sus motociclistas; hay policía judicial, narcóticos, todos los servicios que tenemos a nivel nacional acá en este territorio. Sumado a esto, los equipos tácticos se encuentran trabajando acá. Hemos repotenciado la actividad de Inteligencia; tenemos un mayor número de personas y un mayor contingente.
¿Cómo ve la situación aquí? ¿Cómo preparan, por ejemplo la Navidad? Esa es una época importante para la ciudad ¿A qué nivel cree que se ha recuperado la situación?
Lo que podemos decirle sobre la base de un cuadro de mando integral que nosotros manejamos, en el que medimos los delitos, tenemos una reducción. De a poco la tranquilidad y las actividades van volviendo a la normalidad en la gente, no solo de San Lorenzo sino de toda la frontera.
Durante meses, refuerzos policiales han sido alojados en unos doce containers ubicados en el patio del cuartel de la Policía en San Lorenzo. Hasta ocho personas podían dormir en estos containers alquilados. Otros estaban alojados en los hoteles de la ciudad, cambiando de hotel regularmente para evitar transformarse en objetivos de eventuales atentados y manteniendo guardias nocturnos para mayor seguridad. Durante meses, la presencia masiva de refuerzos policiales y militares ha permitido a los hoteles y negocios locales compensar en algo la falta de clientes y turistas, alejados por la reputación de la zona. Desde hace algunas semanas, sin embargo, el flujo de visitantes ha aumentado y los comerciantes esperan que la temporada de Navidad les permitira recuperar pérdidas económicas. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
¿La reducción ha sido fuerte, General?
Es una reducción considerable, fuerte. Desde el año 2013, nosotros hacemos una medición de homicidios y podemos ver que a la presente fecha hemos llegado a tasas que no llegan ni 10 (muertes violentas por por cada 100 000 habitantes). Antes teníamos una tasa de hasta 64. Y cada vez la reducción ha sido mayor. Estamos tomando en cuenta, inclusive, a los cuatro infantes de Marina que fallecieron durante el atentado en Mataje Viejo.
En relación a la estadística nacional sí es una cifra alta. Una cosa es la tasa nacional, que estamos manejando alrededor del 5,6 (muertes violentas por cada 100 000 habitantes) y esperamos cerrar el año ahí. En Sucumbíos, por ejemplo, la tasa es de 13,61. Es la más alta del país. Esmeraldas tiene 12,16.
Datos: Policía Nacional
Existe una fuerte reducción. El tema es que no podemos descuidarnos porque en la línea de frontera frente a Mataje, usted sabe que Tumaco tiene la mayor cantidad de sembríos de coca. Entonces, ellos para procesarla necesitan de muchos insumos como precursores químicos, combustible, víveres… Ese movimiento siempre va a existir acá. Por la situación geográfica de Tumaco, es más fácil que ingresen cosas desde aquí hacia el otro lado, porque allá no tienen carreteras en buen estado. Una carretera ya está por acercarse y unirnos al puente (de Mataje). La semana anterior estuve en Tumaco, conversando con algunos colegas de la Policía colombiana que me dijeron que estaban a 800 metros de empatar con nuestro puente internacional.
Tenemos 735 kilómetros de frontera norte, de punta a punta hasta Sucumbíos. Existen grupos que dejaron las armas en Colombia pero se dedicaron al narcotráfico y ellos también se disputaron territorios. De tal manera que lo que está frente a nosotros es un grupo de alias ‘Guacho’, pero en el resto de la frontera, hay también otros grupos.
En el auto del general Juan Jaramillo, comandante de la Zona 1 que cubre toda la frontera norte, de San Lorenzo a Tulcán y hasta Sucumbíos. Cuando ingresan a Mataje, o en zonas rojas, los policías utilizan los vehículos blindados del agrupamiento táctico Mataje de las Fuerzas Armadas, al mando del Coronel Miltón Rodríguez. De camino al control del km 3,8 de la vía a Mataje, y cuando utiliza un vehículo civil no blindado, el chofer del general Jaramillo se ubica en el centro de la carretera para tomar distanciade una eventual explosión como la que mató a cuatro infantes de Marina en marzo de 2018. Mientras tanto, nadie corta la maleza al borde la carretera por lo que disimular un aparato explosivo se vuelve más fácil. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
¿Es Guacho quien domina la zona de Tumaco hasta Mataje?
Sí, frente a nosotros tenemos un GAO (Grupo Armado Organizado), el frente Óliver Sinisterra. Ellos se ubican en la zona rural de Tumaco, que está frente a nosotros. De lo que se conoce, ellos son 130 integrantes. Están también las Guerrillas Unidas del Pacífico, que operan en parte de Tumaco. Es una zona muy grande. Recuerde que Tumaco es muy grande; es parte del departamento de Nariño, que se extiende hasta frente al Carchi. Ellos tienen 112 hombres que están armados.
También está el frente Comuneros del Sur del Ejército de Liberación Nacional. Hay dos compañías: Elder Santos y José Luis Cabrera Ruales.
¿Ellos dónde están?
En los municipios de Barbacoas, Ricaurte y Tumaco. También tenemos el GAO de alias ‘Sinaloa’, que tiene 70 integrantes y ellos están ubicados en Puerto Asís y San Miguel; aquí ya estamos hablando de Sucumbíos.
Luego tenemos también ‘La Constru’; el cabecilla es alias ‘Gallero’ que ya fue detenido. También está en Puerto Asís, en la parte de Sucumbíos.
Y tenemos otro grupo, conformado por 250 integrantes, muy grande. Es el grupo Rodrigo Cadete. Ellos están en Puerto Leguízamo.
Es una frontera muy grande, pero los que están acá al frente nuestro son el frente Oliver Sinisterra, liderado por alias Guacho.
Estas presentaciones las compartimos con nuestros colegas colombianos porque es la forma de que nosotros podamos combatir; el problema es el mismo, aunque para ellos es más fuerte.
Decomisos en la zona norte de Esmeraldas
Entre los decomisos que ha realizado la Policía Nacional en la zona norte de Esmeraldas se pueden encontrar vehículos, motocicletas, tanques de combustible y gas, entre cientos de otros ítems. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
Entre los decomisos que ha realizado la Policía Nacional en la zona norte de Esmeraldas se pueden encontrar vehículos, motocicletas, tanques de combustible y gas, entre cientos de otros ítems. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
Entre los decomisos que ha realizado la Policía Nacional en la zona norte de Esmeraldas se pueden encontrar vehículos, motocicletas, tanques de combustible y gas, entre cientos de otros ítems. Foto: Eric Samson para EL COMERCIO
¿Usted va a menudo a Tumaco para intercambiar regularmente este tipo de información?
Justo la semana anterior estuvimos en Colombia con oficiales que se han hecho cargo de este sector, así como nosotros acá. Intercambiamos inteligencia, información, qué problemas tenemos acá o qué problemas se dan allá, cómo podemos solucionarlos, cómo podemos judicializar…
Entonces, es un trabajo conjunto que nos da muchos resultados porque nosotros tenemos que saber a quién nos enfrentamos y quién mejor que ellos para decir: “Miren, señores. Ustedes se están enfrentando a estas personas. Están armadas, tienen esta ideología o trabajan para tal persona”. Entonces, el trabajo de Colombia también es fuerte. Están en el tema erradicación (de cultivos de coca) en este momento. Están trabajando muy fuertemente en eso. Hemos sido testigos del trabajo que realizan ahí las Fuerzas Armadas y la Policía de Colombia.
Aquí no hemos encontrado ningún tipo de guerrilla; tampoco plantaciones de coca. Sabemos que en Colombia existen 171 000 hectáreas de hoja de coca distribuidas en toda la frontera que va desde la zona de Tumaco hasta Puerto Asís, Puerto Leguízamo, Mocoa y Putumayo, en Colombia.
Se ha reforzado la zona de Esmeraldas, pero no tanto el resto de la frontera ¿Cómo se siente equipado, en términos de potencial humano, en esta zona?
A raíz de los últimos acontecimientos, nosotros, por sentido común, le hemos dado prioridad a Esmeraldas, especialmente en San Lorenzo y Eloy Alfaro. Sin embargo, nosotros no nos descuidamos de lo que pasa en Sucumbíos, porque también es un lugar que, por el terreno, es más fácil que pueda ingresar, por ejemplo, droga. Existe un río (San Miguel) que es muy extenso por el que pueden pasar a Ecuador mercancías y droga.
No estamos descuidados. La semana anterior reforzamos con 80 hombres más a Sucumbíos. La situación está bajo control, pero tenemos que reforzar el control de ingreso de drogas.
Los controles en la frontera
La Policía y las Fuerzas Armadas mantienen controles conjuntos, por ejemplo en el km 3,8 de la vía a Mataje o en Lita. Los policías se encargan de judicializar los eventuales infractores a la ley mientras que los militares les dan protección con armas de alto calibre. Foto: Cortesía Policía Nacional
La Policía y las Fuerzas Armadas mantienen controles conjuntos, por ejemplo en el km 3,8 de la vía a Mataje o en Lita. Los policías se encargan de judicializar eventuales infractores a la ley mientras que los militares les dan protección con armas de alto calibre. Foto: Cortesía Policía Nacional
La Policía y las Fuerzas Armadas mantienen controles conjuntos, por ejemplo en el km 3,8 de la vía a Mataje o en Lita. Los policías se encargan de judicializar eventuales infractores a la ley mientras que los militares les dan protección con armas de alto calibre. Foto: Cortesía Policía Nacional
La Policía y las Fuerzas Armadas mantienen controles conjuntos, por ejemplo en el km 3,8 de la vía a Mataje o en Lita. Los policías se encargan de judicializar eventuales infractores a la ley mientras que los militares les dan protección con armas de alto calibre. Foto: Cortesía Policía Nacional
La Policía y las Fuerzas Armadas mantienen controles conjuntos, por ejemplo en el km 3,8 de la vía a Mataje o en Lita. Los policías se encargan de judicializar eventuales infractores a la ley mientras que los militares les dan protección con armas de alto calibre. Foto: Cortesía Policía Nacional
Algunas fuentes nos indican que recientemente han bajado los decomisos. Ellos lo ven como resultado de que se les está estrangulando, cerrando cada vez más rutas y están tomando menos el riesgo de pasar por aquí (Esmeraldas) ¿Usted comparte esa opinión?
Existe un control. Lo hemos hecho mucho más difícil (el tráfico de drogas en la zona). Tenemos gente, tanto de Fuerzas Armadas como de Policía Nacional, que tienen esta zona prácticamente cubierta. Tenemos gente, por ejemplo, en Corriente Larga; al frente es Puerto Rico. Tenemos efectivos en El Pan, La Cadena. Las Fuerzas Armadas tienen también equipos en el límite político internacional, en la línea de frontera; tienen gente en Mataje. Eso a ellos les hace difícil que saquen sus mercancías o que ingresen insumos.
Pero no debemos descuidarnos por la geografía de Sucumbíos. Recuerde ese bus que ingresó con marihuana. Llegó por el Puente Internacional (de San Miguel). Tenemos que trabajar más allá. Tiene que haber una fuerte presencia. Están activas las unidades de inteligencia trabajando allí.
¿Habrán cambiado de rutas?
Se encontró droga recién en Guayas y en Manabí. Esa droga quizá no salió por acá, pero pudo haber salido por Rumichaca o por Sucumbíos. El narcotráfico es tan poderoso que busca cualquier tipo de salida.
Pero se supone que deberían poder salir si dominan la zona costera de Tumaco, al norte y al sur, se les debería hacer más fácil poder exportar por vía marítima, sin tener la necesidad de tomar riesgos aquí
Exactamente. Justo eso es lo que está pasando. La semana anterior nos explicaban que Tumaco es el sector donde más sumergibles han decomisado. Venimos viendo submarinos que llevan cualquier cantidad de droga. La ruta de ellos es prácticamente por mar. En Colombia nos han indicado las rutas que salen a Galápagos y por allí continúan su viaje.
Y con lo del submarino hallado en El Cauchal, igual hay que seguir atentos
No nos podemos descuidar ni del El Cauchal, ni de Pampanal de Bolívar, ni de todos estos sectores que prácticamente es un archipiélago muy difícil de controlar. Nosotros necesitamos logística ahí para tener más presencia en el mar. Eso es indiscutible.
* Eric Samson es coordinador de la carrera de Periodismo en la Universidad San Francisco de Quito