Ferias ciudadanas incluyen la vacunación por la AH1N1

En la carpa, Diego Ramos atiende a una paciente con gripe, en el Hospital Pablo A. Suárez. Foto: Valeria Heredia / EL COMERCIO

En la carpa, Diego Ramos atiende a una paciente con gripe, en el Hospital Pablo A. Suárez. Foto: Valeria Heredia / EL COMERCIO

En la carpa, Diego Ramos atiende a una paciente con gripe, en el Hospital Pablo A. Suárez. Foto: Valeria Heredia / EL COMERCIO

En el parqueadero del Hospital Pablo Arturo Suárez se dispuso un sitio para la atención de pacientes con síntomas gripales. Mesas, sillas, aparatos para tomar signos vitales y afiches con información sobre la influenza son parte de la carpa adecuada con este fin.

La decisión se tomó a inicios de enero, a raíz del aumento del número de personas con enfermedades respiratorias que acudían a Emergencias.

En un día se atiende entre 20 y 60 pacientes con cuadros gripales, contó la infectóloga Grace Salazar, quien labora en este centro en el norte de Quito.

Años atrás, en esta época invernal, el área de Emergencias colapsaba. Por ello -señala- se tomó esta decisión para descongestionar el hospital.

El miércoles pasado, en la carpa esperaban cerca de 10 pacientes, entre niños, adultos y adultos mayores. La mayoría usaba mascarilla. Esta es una de las recomendaciones en caso de tener síntomas de la enfermedad respiratoria.

Una de ellas es Érika Anangonó. La joven acudió cerca de las 13:00. Con una mascarilla en su boca y dolor corporal ingresó en la consulta. En la carpa la atendió el médico Diego Ramos, quien le hizo un chequeo completo.

La revisión es rápida. Consiste en el control de temperatura, presión y pulso.

Si los síntomas son leves, el médico receta fármacos y brinda recomendaciones básicas, como hidratación y una buena alimentación.

Pero si presenta señales graves, como fiebre mayor a 38 grados, tos constante, problemas para respirar y alguna enfermedad crónica, la persona es ingresada al hospital para saber si es o no influenza.

Hay varias pruebas. Una es para detectar y determinar el material genético del virus. Se la conoce también como hisopado faríngeo.

El procedimiento es sencillo. Salazar explica que con un hisopo se toma una muestra de la pared de la nariz y faringe, en donde se alberga el virus. No todos deben realizarse la prueba, insistió, ya que la influenza AH1N1 es como una gripe común. Es decir, al igual que las otras se cura. “No deja ninguna secuela si es tratada a tiempo”, precisó el médico Luis Chicango, quien tiene su consultorio en el sur de la ciudad.

El Ministerio de Salud informó que hay 1 404 casos de infecciones respiratorias agudas graves, conocidas como IRAG. De estas, el 35% (497) corresponde a influenza. La mayoría es del tipo AH1N1 con 441. Le sigue la AH3N2 con 49 y la B con 7. Los datos son desde el 19 de noviembre del 2017 hasta el 20 de enero de este año.

En el país hay cuatro provincias de la Sierra que encabezan la lista de localidades con el mayor número de personas contagiadas. La primera es Pichincha con 365, le siguen Tungurahua con 13, Imbabura con 10 y Chimborazo con 8. Guayas, Cañar y Santo Domingo tienen seis diagnósticos por cada provincia.

Con cinco casos reportados están Azuay y Cotopaxi. ­Debajo de este número se ubican Esmeraldas, Sucumbíos, El Oro y otras.
El mayor número de muertes también se concentra en Pichincha, con 11 de las 22 personas fallecidas a escala nacional. Es decir, cerca del 80%.

El brote que se presenta en el país era el esperado, aunque se ha intensificado por el clima frío, que es más fuerte respecto de años anteriores, explica David Larreátegui, quien es director de Infectología del Hospital Carlos Andrade Marín.

Desde el 2009 -indica- hay un proceso de vigilancia llevado a cabo por el Ministerio de Salud. “Sabemos que hay un fenómeno cíclico que varía entre dos o tres brotes de AH1N1”.

Mauricio Espinel, epidemiólogo del Andrade Marín, comentó que el fin de semana pasado, en el servicio de Emergencias atendieron 140 gripes.

Larreátegui, además, insistió en que hay grupos con más riesgo de mortalidad, como las personas con enfermedades crónicas, niños menores de 5 años, embarazadas, adultos mayores y personal de salud. Las vacunas se dirigen a ellos.

Este domingo, por ejemplo, se vacunará contra la influenza en ferias ciudadanas, de 08:00 a 12:30. Los grupos de riesgo podrán acceder a estas dosis.

Las ferias serán en Calderón, en el parque San José de Morán; Carcelén Bajo, en la calle B, desde la E hasta la H, en el estadio. Atucucho, canchas de la Liga Barrial del Cisne; Ciudad Comercial El Recreo, frente a estación del Trole; Conocoto, en parque La Moya; Puembo, en el parque.

¿Qué pasa con quienes están fuera de este grupo? Larreátegui explica que ellos pueden decidir vacunarse, aunque no se adquiere inmunidad permanente. La dosis dura un año.

No olvide

El lavado de manos y el uso del gel antibacterial durante todo­ el día son básicos para prevenir esta enfermedad respiratoria.

Es necesario acudir al médico en caso de tener una temperatura mayor a 38 grados, tos constante y problemas para respirar.

Si presenta estos sínto­mas no debe­ automedicar­se. Los anti­gripales, por ejemplo­, ocultan o aplacan las señales de la enfermedad.

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