Alexandra Alvarado y Silvana Hidalgo del Instituto Geofísico dieron detalles este 29 de mayo del 2019 de los recientes sismos registrados en Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
El enjambre de 18 sismos registrados el 28 y 29 de mayo del 2019, en casi toda la capital, respondió a un movimiento proveniente de la falla de Quito. Además está muy cercano a los volcanes Guagua y Rucu Pichincha.
Así lo explicaron Silvana Hidalgo, directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica, y la investigadora Alexandra Alvarado, este miércoles 29 de mayo del 2019.
Según un documento del Geofísico, los movimientos que ocurren en la falla de Quito suelen ser inversos. “Lo cual implica que uno de los bloques, el de Quito, se levanta respecto del otro, de los valles, en contra de la fuerza de gravedad por fuerzas de compresión tectónica que empujan al continente desde el occidente. Es esta la razón por la que la capital del Ecuador, a fuerza de sismos repetitivos en la historia geológica de su cuenca, se levanta unos 400 metros sobre el nivel del valle interandino”.
Hidalgo indicó que la falla está conformada por varios segmentos, de donde provinieron los últimos sismos con profundidades menores a los 6 km. “Es que se está moviendo. La causa de este movimiento puede ser la dinámica propia de la falla o podría ser empujada por presiones internas del volcán. El escenario más probable es el primero. Para probar el segundo necesitamos más tiempo”.
La directora del Geofísico indicó que la composición del magma, que está en el interior del volcán Pichincha es de tipo viscoso, por lo que tardaría mucho tiempo en subir a la superficie. Además recordó que hay equipos que monitorean constantemente la actividad de este coloso y que no han detectado cambios hasta el momento. “El volcán cuenta con su monitoreo y si vemos algún signo premonitor que nos lleve hacia una posible reactivación, haríamos un informe para las autoridades y la comunidad”.
Hidalgo recordó que las características geológicas de la ciudad son muy particulares porque tanto el sistema de fallas como los volcanes Guagua y Rucu Pichincha están muy cercanos, y sus movimientos “si pueden interactuar”. Esto ya sucedió en 1998, según Hidalgo. Ese año “la falla de Quito empezó a moverse varios meses antes de que el volcán se reactive y aparentemente había un vínculo claro entre estos sismos de 1998 (que empezaron en febrero) y la reactivación de 1999”.
“Sin embargo, al momento, es muy temprano para decir que este enjambre de sismos que sentimos ayer esté directamente vinculado al volcán. En 1998 hubo una sismicidad importante por varios meses incluso hasta más de 50 sismos por día. No podemos descartar, esto es una posibilidad pero al momento no podemos confirmar. Tenemos que verificar cómo evoluciona este enjambre”.
De continuar los sismos relacionados a la falla de la ciudad, añadió Hidalgo, podrían seguir estos movimientos incluso con magnitudes mayores a las ya registradas. “Estamos en un contexto dinámico en Quito, entonces si podemos tener magnitudes más altas que las registradas ayer”.
Alexandra Alvarado, exdirectora del Geofísico, añadió que la amenaza de la falla de Quito para la ciudad es alta porque está justo bajo la misma. Cuando esta falla se mueve, indicó, lo que hace es levantar el bloque donde está la ciudad sobre los valles, y la zona que se rompe o se desliza está justo bajo la ciudad. “Esto hace que el impacto de las ondas sobre este bloque sea muy fuerte, por eso sentimos tan fuerte”.