El 98% de remesas sale desde Ecuador hacia países como Colombia, Perú, Chile, China, entre otros, por empresas remesadoras, y el resto de dinero se envía a través de entidades del sistema financiero como bancos y cooperativas. Foto: Juan Carlos Pérez/EL COMERCIO
Las remesas que salen desde el Ecuador están en crecimiento. El año pasado, los extranjeros residentes en el país enviaron USD 184,5 millones a 31 países de Latinoamérica, Asia y África, una cifra superior a los USD 157,47 millones enviados durante el año previo.
Esta tendencia se ha mantenido constante desde el último trimestre del 2009, de acuerdo con los registros del Banco Central del Ecuador. Desde entonces las remesas generadas por los extranjeros que residen en el país sumaron USD 793,31 millones hasta el año pasado.
Colombia, Perú y China son los principales destinos para los dólares que se pagan en Ecuador, lo cual se explica por el número de ciudadanos de esos países que viven en el país. Por citar un ejemplo, los colombianos representaron el 50,8% de los extranjeros en el país, según el censo del 2010. Le siguen los cubanos y peruanos.
De acuerdo con un informe del Banco Central, la dolarización es el principal atractivo para que los extranjeros se inserten en el mercado laboral en los sectores de servicios, construcción, comercio, minería, hoteles y restaurantes.
A esta última actividad se dedican los peruanos Wilder Pérez y Erick Ruiz. Desde hace cuatro años tienen el restaurante Machu Picchu, en el centro de Cuenca. Allí, ofrecen cebiches, ají de gallina y otros platos tradicionales de su país.
Ruiz llegó de Chiclayo y vive en Azuay desde el 2007. Según él, Ecuador es atractivo por el dólar y al cambiarlo representa un importante ingreso para su familia. Cada mes envía a su madre entre USD 300 y 400 para cubrir los gastos de alimentación y medicinas.
Pérez llegó de San Martín, en la Amazonía peruana. También envía de USD 100 a 200 a su madre, pero lo hace eventualmente. “En Perú hay mucha competencia, por eso nuestros compatriotas siguen llegando”.
El coordinador del Grupo de Investigación en Economía Regional de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, dice que la apreciación del dólar frente al peso colombiano y sol peruano es un atractivo.
En eso coincide Amed Botero, director de la colonia colombiana en Santo Domingo de Los Tsáchilas. “Ecuador es atractivo por su moneda… Somos negociantes y vendedores por naturaleza, por eso podemos conseguir trabajo”.
José Aristizábal llegó de Medellín hace cuatro años. Desde entonces vende planes de celular en Quito, Guayaquil y Santo Domingo. Cada mes envía USD 400 para que su familia los invierta en un negocio de venta de repuestos para motocicletas. “Si el negocio no resulta en Colombia pensamos radicarnos en Ecuador”.
Para Mendieta, existe otro atractivo, que se resume en la sustitución del destino. Es decir, hay peruanos que prefieren Ecuador como lugar de destino antes que Estados Unidos.
El peruano Erick Ruiz resume las tres principales ventajas que sus compatriotas ven en Ecuador: está más cerca, el viaje es barato y el costo de vida es más económico.
En las calles Gran Colombia y Hermano Miguel, en el centro de Cuenca, se abrió este año una panadería con inversión colombiana. Allí laboran 10 extranjeros de esa nacionalidad, de los cuales Oswaldo Castaño es el administrador. Él llegó en noviembre pasado y gana entre USD 700 y 800 mensuales, más alimentación. Cada dos meses envía unos USD 600 a sus parientes. Emigró, porque le comentaron que hay trabajo.
Azuay es la tercera provincia desde donde salen más remesas al exterior. Adelante están Pichincha y Guayas y en cuatro y quinto lugares se ubican Manabí y El Oro. Desde esas jurisdicciones salió el 75,7% del dinero durante el año pasado.
Según Mendieta, esto ocurre porque en esas provincias hay más oportunidades de trabajo en las industrias y comercios. A ese negocio se dedican los chinos Yuki Endo y Rio Yamashita, que viven en Riobamba desde el 2006. Llegaron porque les contaron que los negocios administrados por asiáticos tenían aceptación. Ellos envían dinero a sus padres, pero aseguran que no es mucho.