Usuarios reportan problemas con los taxis, en Quito. Foto: EL COMERCIO
Algunas son frecuentes, otras únicas y creativas. El tema del servicio de taxis que se brinda en el Distrito Metropolitano está en boga. Luego del incremento del 45% en las tarifas autorizado por la Alcaldía a inicios de mes, es común escuchar entre las familias, compañeros de trabajo y amigos, las distintas experiencias al abordar las unidades para movilizarse en la ciudad.
Según la Secretaría de Movilidad en Quito diariamente circulan cerca de 14 100 unidades. Este Diario consultó a 15 personas y les preguntó cuáles eran las excusas más curiosas que habían recibido por parte de los conductores de taxis para no hacer una carrera o no usar el taxímetro. Los usuarios coinciden en que este tipo de argumentos deberían dejar de escucharse para que el servicio mejore.
‘Le cuesta más porque aún no calibro el taxímetro‘. Esa fue la respuesta más frecuente que recibieron los usuarios de las unidades. Marcia Clavijo, quien vive en Ponceano, trabaja en San Carlos y contó que usualmente pagaba USD 2,50 por una carrera, pero desde el alza, cancela entre USD 4 y USD 4,50. El problema es que esa cifra no marca el taxímetro porque según la usuaria la mayoría de conductores argumentan que no ha tenido tiempo para ir a calibrar el aparato. El precio lo calculan al ojo.
‘Si no tiene sueltos no le llevo‘. Antes de abordar una unidad, es necesario cerciorarse detener monedas. Joselina Morales cuenta que a veces los conductores no tienen vuelto ni de un billete de USD 5. “A veces me han tenido que llevar a tiendas a cambiar el billete o a gasolineras, y claro, la cuenta sube por el trayecto recorrido”.
‘Le sale más caro porque es mucha cuesta‘. Incluso la inclinación de las vías es, en ocasiones, un pretexto para cobrar más. El dirigirse a sectores como La Argelia Alta o Toctiuco podría significar un par de dólares extra. Eso le ocurrió a José Jácome, quien la semana pasada se dirigió a San Juan y el conductor le indicó que allá le cobraba un USD 1 más por lo empinadas que son las vías y porque su vehículo se esforzaba mucho.
‘Le vale más porque es muy lejos‘. Ese es el argumento a dirigirse por ejemplo a sectores como Pusuquí. Algunos taxis se niegan a realizar una carrera hasta ese sector del norte de la ciudad, debido a la distancia. Y cuando lo hacen, algunos dicen que la tarifa es otra porque es una parroquia rural. Lucrecia Viteri , quien vive en Pomasqui y es usuaria frecuente del servicio, contó que hay algunas unidades que con pretexto de la subida de la tarifa y de la distancia le quieren cobrar el doble.
‘Allá es muy peligroso, me voy si me da USD 2 más‘. Se puede escuchar ese tipo de argumentos cuando se quiere ir a barrios como la Roldós, Pisulí, el Panecillo, la Ferroviaria el Comité del Pueblo.
‘Está lloviendo, le cuesta más’. En días de lluvia es más complicado tomar una unidad, por lo que algunos conductores aprovechan para poner su propia tarifa y hacer caso omiso al taxímetro. Fernanda Samaniego cuenta que le ocurre con frecuencia que en día de lluvia, los conductores no encienden el taxímetro porque se les acabó de dañar.
‘Ya estoy de salida y no avanzo a regresar si voy hasta allá‘. En ocasiones, antes de que la persona aborde la unidad, el taxista pregunta hacia dónde se dirige. Si el destino es lejano, su respuesta es que está a punto de terminar el turno y que no va a avanzar a regresar. O a su vez, que tiene un recorrido pendiente y que el tiempo no le va a alcanzar.
Las peticiones de los usuarios hablan además de mejorar el estado de los vehículos, el trato por parte del conductor y sobre todo, el aseo de las unidades. Dicen que el taxi debería ser un lugar cómodo, agradable, seguro y no con malos olores. Piden que se controle que todos los vehículos de este tipo cuenten con cinturón de seguridad en la parte trasera y con basureros.
La multa por no usar taxímetro alcanza el 15% de una Remuneración Básica Unificada. Además, los infractores perderán 4,5 puntos en su licencia de conducir. Según la Agencia Metropoli