La extensión del Metro de Quito arrancará en la Estación El Labrador (foto) y terminará en La Ofelia. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La propuesta es que la Línea 1 del Metro, que va desde Quitumbe hasta El Labrador, se extienda y llegue a La Ofelia; esto le permitiría a una persona viajar del extremo norte de Quito al extremo sur en 42 minutos. Actualmente, ese trayecto toma más de dos horas y media.
Esta semana, los bancos multilaterales le dieron la autorización a la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito para realizar los estudios de ingeniería que permitirán definir cómo será la extensión de este sistema de transporte.
Édison Yánez, gerente del Metro, aseguró que el visto bueno de los bancos al proyecto se dio luego de que la empresa presentara en enero requisitos como el perfil de la propuesta, la demanda de pasajeros, diseño de estaciones, ubicación, trazado, entre otras precisiones técnicas.
Con la ‘no objeción’ a la extensión, por parte de los multilaterales, se dio luz verde para arrancar con la contratación de estudios de ingeniería, tomando en cuenta que ya existe un avance que forma parte del proyecto base.
Raúl Talavera, director técnico del Consorcio a cargo de la construcción de la Línea 1, explica que los estudios estarán listos en unos cinco meses.
El siguiente paso será entregarlos a los bancos para definir el financiamiento. Además, se deberá decidir si para la extensión se realizará una ampliación del contrato con la actual constructora, o si se hará una nueva licitación.
La primera línea del Metro, que tiene un 97,5 % de avance, pretende hacer 400 000 viajes diarios. La extensión hasta La Ofelia sumará entre 120 000 y 130 000 adicionales.
Talavera señala que la nueva terminal se construirá debajo de la estación del Corredor Central Norte, junto al estadio de Liga, tal como se hizo en las estaciones de El Recreo y La Magdalena.
Para Alfredo Viteri, experto en movilidad, ubicar allí la terminal sería un acierto, porque permitiría unir la red matriz del transporte de la ciudad, los buses que llegan desde Calderón y la Mitad del Mundo, más aún tomando en cuenta que ambos son sectores de amplio crecimiento urbanístico, y que gran parte de la gente que vive en esas zonas trabaja o estudia en el hipercentro.
Ampliar los 5,4 kilómetros y levantar cuatro paradas más le costaría a Quito alrededor de USD 450 millones.
Construir la Línea 1 tuvo un costo de USD 2 009 millones, es decir, cada kilómetro requirió una versión de cerca de USD 89 millones. Sin embargo, cada kilómetro de la extensión costaría USD 81 millones.
El ahorro se debe, básicamente, a que la ciudad ya cuenta con talleres y cocheras, la planta de dovelas está montada y en el país aún hay gente con experiencia en la construcción de metros en este territorio, indica Talavera.
Otra de las ventajas es que la tuneladora Luz de América aún está en Quito. Justamente ha permanecido en la capital por la expectativa de una posible ampliación. Esta máquina se encargaría de taladrar el suelo del norte de la urbe a una velocidad de entre 20 y 30 metros por día.
Según Talavera, perforar el sector norte de Quito no presentaría ninguna característica distinta a lo que se halló al trabajar en el centro y en el sur.
Es probable -dice- que se encuentren con agua freática, piedras de gran volumen, quizás alguna quebrada, pero nada que sea un obstáculo.
Actualmente, la empresa trabaja en las pruebas sobre rieles de la Línea 1. Los trenes ya están circulando a baja velocidad por debajo de la ciudad.
Yánez asegura que la construcción del Metro y las pruebas finalizarán en marzo del 2021. Sin embargo, para que el Metro pueda empezar a servir es necesario contratar a una empresa operadora; para ello deben estar definidos una tarifa y un modelo de gestión, que aún están pendientes.
En la actualidad, se trabaja en los detalles finales de algunas estaciones y en la verificación del correcto funcionamiento de la parte eléctrica, del sistema de ventilación, entre otros. Además, se delinean los protocolos de seguridad con la Policía, los Bomberos y los agentes metropolitanos.
Yánez asegura que otra de las ventajas de la ampliación es que generará empleos y ayudará a reactivar a economía.