Los electores acudieron desde muy temprano a votar este 8 de noviembre, para elegir a su nuevo presidente entre Clinton o Trump. Foto: AFP
Los estadounidenses votaban este martes 8 de noviembre del 2016 para elegir a la demócrata Hillary Clinton en la primera presidenta del país o darle al magnate Donald Trump las llaves de la Casa Blanca, en unas elecciones que tienen en vilo al mundo.
El nombre del ganador no debería saberse antes de las 03:00 GMT del miércoles. Aunque Clinton mantiene aun una ventaja de 3,2 puntos en los sondeos (promedio de RealClearPolitics) y es la favorita en las apuestas, la victoria podría estar al alcance de la mano para Trump.
“Haré lo mejor que pueda si tengo la oportunidad de ganar hoy”, dijo una alegre candidata al salir de un centro electoral cerca de su casa en Chappaqua, en el estado de Nueva York, acompañada por su esposo, el expresidente Bill Clinton, y rodeada por más de un centenar de simpatizantes.
‘Amarrado con cadenas’
Después de 693 días -23 meses- de drama, insultos, escándalos y más escándalos, la campaña dejó a una población exhausta. Un 82% de los estadounidenses se declararon asqueados en un sondeo reciente.
Los dos candidatos no podían ser más diferentes: de un lado Hillary Clinton, figura política desde hace 25 años, a quien la mitad de los estadounidenses detesta y duda de su honestidad. Esposa del expresidente Bill Clinton (1993-2001) , fue seguidamente primera dama, senadora y luego secretaria de Estado de Obama.
Menos querido aún, Donald Trump, millonario exestrella de televisión y sin haber sido electo nunca, supo interpretar como nadie -y contra los pronósticos de todos- los temores de una clase media blanca frustrada en un mundo en mutación.
Aun así le pisa los pies a Clinton en varios estados claves, entre ellos Florida, amalgama de latinos, jubilados y blancos conservadores que otorga el premio gordo de 29 votos electorales.
El número mágico: 270
El ganador necesita llegar al número mágico de 270 votos electorales, surgidos, en realidad, de 51 mini escrutinios en cada estado y la capital, Washington. Este peculiar sistema será observado, por primera vez, por la OEA.
“Hemos hecho todo lo que podemos, y ahora está en manos de los electores. Nos sentimos confortables”, dijo a periodistas el senador Tim Kaine, compañero de fórmula de Clinton luego de votar en Richmond, Virginia.
Clinton ganó la primera votación, en la minúscula aldea de Dixville Notch, destacado bastión republicano, en la región montañosa del norte de New Hampshire, cerca de la frontera con Canadá.
De los siete votos, contados a la medianoche como es tradición, la demócrata obtuvo cuatro.
Además de la elección presidencial, los demócratas intentarán arrebatar la mayoría del Senado (54 de 100 curules) de los republicanos, mientras que la Cámara de Representantes deberá permanecer, salvo una gran sorpresa, en manos de los conservadores.