Dos espías rusos detenidos en Holanda por querer espiar un laboratorio suizo

El Laboratorio Spiez, Instituto Federal Suizo para la protección de NBC (nuclear, biológico, químico) está ubicado a 40 km de la capital suiza de Berna. Foto: AFP

El Laboratorio Spiez, Instituto Federal Suizo para la protección de NBC (nuclear, biológico, químico) está ubicado a 40 km de la capital suiza de Berna. Foto: AFP

El Laboratorio Spiez, Instituto Federal Suizo para la protección de NBC (nuclear, biológico, químico) está ubicado a 40 km de la capital suiza de Berna. Foto: AFP

Dos espías rusos fueron detenidos la pasada primavera en Holanda sospechosos de querer espiar un laboratorio suizo que investigaba sobre el agente neurotóxico que envenenó a Serge Skripal, publican hoy (14 de septiembre del 2018) varios medios helvéticos.

Los rotativos informan que los dos hombres son sospechosos de haber querido espiar el Laboratorio de Spiez, un organismo federal especializado en las amenazas químicas -investiga sobre gases tóxicos y agentes nerviosos- y que es un centro de referencia de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).

El Servicio de Información de la Confederación Helvética confirmó a los medios conocer el caso y que los dos sospechosos fueron repatriados a Moscú.

En el proceso estuvieron implicadas las autoridades británicas, holandesas y suizas, y "la intervención permitió prevenir toda acción ilegal contra una infraestructura suiza muy importante", especificó el Servicio.

Los responsables del laboratorio no han confirmado la amenaza, pero sí que han sido objeto de ataques de piratas informáticos.

Los rotativos publicaron que los dos espías transportaban material que les hubiera permitido entrar en el sistema informático del laboratorio.

El Laboratorio de Spiez investiga no solo sobre alegaciones de ataques de gas tóxico en Siria, sino también sobre el envenenamiento con Novitchock del exagente doble ruso Sergue Skripal y su hija el pasado marzo en la localidad inglesa de Salisbury.

Padre e hija sobrevivieron al ataque, así como un policía que también se contaminó al intentar salvarlos.

A finales de junio una pareja que por circunstancias desconocidas estuvo en contacto con el mismo agente nervioso también se contaminó y la esposa murió.

El envenenamiento generó una grave crisis política entre Rusia y Occidente, provocó una serie recíproca de expulsiones de diplomáticos y nuevas sanciones económicas contra Moscú.

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