Las décadas de los años 50 y 60 fueron consideradas como las épocas de oro de Ondas Azuayas. Foto: archivo / EL COMERCIO
A las 17:45 de este domingo 7 de junio del 2020, con la lectura de un sentido editorial, se apagó la voz de Ondas Azuayas, uno de los medios de comunicación más escuchados de Cuenca, que se mantuvo al aire por 72 años.
Esta emisora atravesó por inconvenientes económicos que se agravaron con la emergencia sanitaria por el covid-19.
La Decana del Sur –como era conocida la radio- fue adquirida el 5 de abril de 1948 por los hermanos José y Alberto Cardoso, y salió al aire siete días después, en el aniversario de la Fundación de Cuenca. Ellos la bautizaron como Ondas Azuayas 1 110 AM.
Las décadas de los años 50 y 60 fueron consideradas como las épocas de oro de esta radio porque multiplicó su alcance con transmisores de cobertura nacional e internacional.
Es una radio llena de historia, que también superó difíciles momentos como la colocación de explosivos y panfletos en las iglesias cuya autoría fue endosada a la familia Cardoso.
Esto le mereció –incluso- un pedido e intento de excomunión al director, José Cardoso, apedreamiento y agresiones a la radio y la vivienda del Director.
En 1956 –por orden del entonces presidente Velasco Ibarra– la estación fue clausurada por ocho días y tres años más tarde José Cardoso fue detenido.
Ondas Azuayas cumplió con un papel importante en los hechos históricos del país como la tragedia de La Josefina (Paute), la guerra del Cenepa, la dolarización, entre otros acontecimientos.
Gustavo Cardoso, en su editorial de 25 minutos y que fue grabado para informar la razón del cierre y agradecer a la audiencia por su sintonía, se refirió a razones principalmente políticas.
Él se desempeñó hasta hoy como director de noticias. “La mayoría de medios privados fuimos sometidos -con sagaces estrategias de presiones y escarnios”.
Ondas Azuayas fue señalada –en varias ocasiones- por suscribir un manifiesto público que invocaba a la libertad de expresión. Además, les abrieron decenas de procesos ante la Superintendencia de Comunicación y sus representantes fueron llamados a responder por supuestas violaciones a la Ley de Comunicación.
Recibieron panfletos, mensajes, llamadas amenazadoras, y acosos en las redes sociales. Los estudios fueron saqueados y la frecuencia no se renovó.
Esas heridas abiertas afectaron económicamente y ahora estamos pagando esos costos, dijo Cardoso. Esta última etapa con la pandemia del covid-19 y la suspensión de pautas publicitarias se volvió insostenible.
Entre los noticieros, espacios de entrevistas, programas deportivos y personal administrativo laboraban unas 10 personas de forma directa y otro número similar con diferentes programas.
En el transcurso de esta semana en las redes sociales se publicaron cientos de mensajes de ciudadanos, autoridades y profesionales que lamentaron el cierre de la radio, y también de periodistas que agradecían por la escuela que hicieron dentro de esta estación radial.
Para Cardoso, la posibilidad de una reapertura después un tiempo es incierta.