Kristalina Georgieva, directora del FMI, ha hablado de aumentar la liquidez a través de la ampliación de DEG. Foto: Flickr FMI
Uno de los grandes temas que, sin duda, centrará las discusiones de la reunión de primavera de abril del Fondo Monetario Internacional (FMI) es ampliar las asignaciones de los Derechos Especiales de Giro (DEG) para sus miembros.
En términos generales, esto significa que las 199 naciones que son parte del organismo recibirán “dinero” sin condicionamientos. Si bien en algunos casos se debe cancelar algo por intereses, el monto es bajo, por lo que se puede decir que es un dinero casi 100% gratuito.
Los DEG son activos que se pueden intercambiar por dólares u otras monedas.
Sobre la ampliación, las autoridades han mencionado montos que van desde los USD 500 000 millones hasta el doble de ese monto.
La propuesta no es nueva. El organismo quería realizar la ampliación desde el inicio de la pandemia en el 2020, pero la administración del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no dio luz verde, por temor a que Venezuela o Irán pudieran salir aventajados.
Para aprobar este tipo de medidas, el Fondo necesita la aprobación del 85% de los votos de sus miembros. La nación norteamericana tiene un peso del 17,4% en las votaciones, con lo cual la propuesta era inviable.
Pero ahora, con el nuevo presidente Joe Biden se abrió la posibilidad para que se realicen estas nuevas asignaciones, pues él ha estado creando, al parecer, un consenso entre las naciones del G7.
Una nueva emisión de DEG, para el Fondo Monetario, es similar a cuando un banco central emite “dinero”, pero en el caso del multilateral los recursos se inyectan en las reservas de los países en función de su cuota.
Esta tiene que ver con el PIB nominal, el PIB ajustado por paridad de poder adquisitivo, el grado de apertura comercial, las reservas y la volatilidad económica.
Por eso, el director de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), José Emilio Vásconez, considera que los países con economías más grandes y las que han perdido producción serán los más beneficiados de la medida.
El experto anota que este tipo de medidas se han adoptado por 14 ocasiones en la historia del multilateral.
En un artículo de la publicación especializada Economía de Hoy, el analista Carlos de Sousa explica que los países cuyas economías se han achicado o aquellas cuyas reservas se han reducido considerablemente también se verán beneficiadas.
“La posibilidad de retrasar las reformas económicas es uno de los inconvenientes de este tipo de ayudas con DEG. Pero esto no significa que el FMI no deba hacerlo. Los beneficios superan con creces estos costos”, señaló.
Según De Sousa, Ecuador es uno de los 20 países que más ayuda recibirá con relación a su PIB y sus reservas.
En el caso de que se llegue a dar la ampliación de DEG en el FMI, el monto podría ser de entre USD 700 millones a 1 400 millones, según el monto de ampliación que se dé.
Para Walter Spurrier, analista económico, el monto es importante, pero es apenas una parte de las enormes necesidades de financiamiento que aún tiene el país.
Vásconez cree que el monto ayudará a eliminar presión del uso de reservas para pagar deuda. “Sería un alivio importante para un país como Ecuador que tiene déficit fuerte y necesidades de gasto social por la pandemia”.
Augusto de la Torre, asesor económico del Gobierno, cree que los DEG, de llegar a darse, no deberían ir a gasto público, sino a fortalecer las reservas y cubrir pasivos que no están respaldados en un 100% en el Banco Central.
Por ejemplo, los depósitos de banca, cooperativas, monedas en circulación y los títulos del Central, que hoy están cubiertos solo en 81%. “Esto permitiría fortalecer la dolarización”, dijo.
De Sousa estima que, de ser aprobada la ampliación de DEG, podría aplicarse en agosto próximo.