Alrededor de 400 a 500 ecuatorianos habitan permanentemente en Israel, según la Asociación de Ecuatorianos en Israel Amazonas. Foto: Cortesía
El subterráneo del edificio de seis pisos en el que habita es un refugio. En momentos de alerta máxima, cuando hay un ataque con misiles, los residentes del inmueble tienen 60 segundos exactos para poder ingresar al sitio.
El tener que ‘correr’ hasta ese búnker para salvaguardar su vida se le vino a la mente a María Gómez, tras conocer que Irán amenazó con agredir ciudades de Israel si es que Estados Unidos tomaba represalias por el ataque a bases norteamericanas en Iraq, la madrugada del 8 de enero del 2020.
La guayaquileña habita hace seis años en el barrio Neve Tzedek, en Tel Aviv. La mujer vive junto a otros extranjeros no israelíes en un departamento ubicado en el cuarto piso. Como ella, decenas de ecuatorianos residentes en Israel esperan que el ‘impasse’ entre Estados Unidos e Irán baje el tono para la armonía en esa región.
Las declaraciones que realizó el presidente estadounidense, Donald Trump, la tarde de este miércoles 8 de enero, trajeron algo de tranquilidad a la colectividad ecuatoriana.
Trump indicó que, tras el lanzamiento de los misiles a sus bases, “Irán parece estar retirándose, lo cual es algo bueno para todas las partes interesadas y algo muy bueno para el mundo”.
Y terminó su intervención diciendo: “A la gente y a los líderes de Irán (…) Queremos que tengan el futuro que merecen, prosperidad y armonía con las naciones del mundo. Estados Unidos está dispuesto para la paz”.
Daniela Jaramillo, otra guayaquileña que habita desde el 2008 en Israel, tomó con agrado la declaración del mandatario estadounidense. Ella habita en Ramla, a 26 minutos de Tel Aviv, el centro financiero, económico y tecnológico de la Nación.
“Trump no dijo directamente que habrá nueva respuesta militar, dijo que tomaría respuestas significativas. Nos tranquiliza que no escale más el problema”.
Jaramillo recordó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió a Irán por si intenta atacar a Israel como represalia por la eliminación, días atrás, del alto comandante iraní Qasem Soleimani. Incluso el país, de mayor población judía, llegó a catalogarse en alerta máxima.
“Vimos en las noticias lo de la alerta máxima, enviaron más soldados a las fronteras. Los ciudadanos acá confiamos mucho en el ejército y las medidas de seguridad que toma el Gobierno (…) pero nadie quiere guerra, queremos paz”.
La porteña llegó junto a su hijo de 14 años. Él nació en Quito, pero ya es ciudadano israelí. Cuando tenga la mayoría de edad tendrá que cumplir tres años de servicio en el Ejército.
Nadia Mejía, oriunda de Rumiñahui, vive en Hadera, a 43 minutos al norte de Tel Aviv. Contó que en su barrio Bait Elieser los vecinos disponen de un refugio que está ubicado en la Sinagoga local.
La ecuatoriana, de 39 años, dijo que espera no tener que acudir hasta ese sitio. Ella migró a finales del 2017 a ese país de Medio Oriente. Su bebé de 5 meses nació ahí.
¿Cuántos ecuatorianos habitan en Israel? De acuerdo con William Zhapa, presidente de la Asociación de Ecuatorianos en Israel Amazonas, dijo que alrededor de 400 a 500 compatriotas residen permanentemente. Esa cifra constituiría, puntualizó, en la colonia más numerosa de ecuatorianos en Medio Oriente.
La mayoría llegó desde el año 2000. Un estímulo para migrar allá fue el alto salario: unos USD 1 200 como sueldo mínimo al mes. Se dedican a los servicios, hotelería, principalmente. La ciudad de residencia preferida es Tel Aviv y su zona de influencia.
Zhapa recordó que la escalada de violencia en el Medio Oriente los preocupó. “Siempre estamos en alerta, por suerte no ha pasado que tengamos que recurrir a búnkers. Hemos conocido que bajó el tono de voz entre los mandatarios de Estados Unidos e Irán para apaciguar el conflicto, esperamos que así sea”.
La Asociación realiza eventos para la integración de la comunidad ecuatoriana. En diciembre pasado organizó un agasajo navideño para los hijos de los migrantes ecuatorianos y de otras naciones latinoamericanas.