Un grupo de manifestantes con banderas negras se concentró nuevamente ayer frente a la Tribuna de la av. De los Shyris. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.
El diálogo nacional al que convocó el presidente Rafael Correa parece una utopía en el país, al menos por el momento. Tanto oficialistas como opositores coinciden en que el acercamiento con los contrarios no será viable. Las razones que esgrimen son las posturas extremas de ambas partes, luego de ocho años de ejercicio de poder y haber imprimido mano dura en la conducción política.
El discurso del presidente Rafael Correa, del lunes por la noche, en el que se refirió a la paz social y al diálogo nacional, no convence a los opositores. Sus líderes anuncian que no darán su brazo a torcer y que las medidas para demostrar el rechazo al proyecto político oficialista se mantienen.
Las marchas convocadas en Guayaquil, (para mañana por Guillermo Lasso; el 25, por Jaime Nebot) y en Cuenca (el 27, por Paúl Carrasco), servirán, según sus organizadores, para demostrar que las propuestas sobre herencias y plusvalía fueron simplemente “la gota que derramó el vaso” y que sus reclamos van más allá: mayores libertades, independencia judicial y legislativa, apertura, respeto a las minorías, entre otras.
En el oficialismo, términos como conspiración, confrontación o desestabilización han sido recurrentes. De hecho, Virgilio Hernández, el presidente de la Comisión de Régimen Tributario, señaló que se trata de un “debate ideológico-político” entre las fuerzas que están interesadas en la equidad social y la redistribución, frente a los sectores que buscan mantener la concentración del capital y el statu quo. “No pretendemos dialogar con quienes no quieren hacerlo”, señaló Hernández.
No son pocos los antagónicos al Régimen que creen que se trata de “una cortina de humo”. Así lo entiende Blasco Peñaherrera Solah, expresidente de la Cámara de Comercio de Quito, y añade que es una “tomadura de pelo”. Se refiere a que continúan las descalificaciones e insultos a quienes piensan distinto y que el oficialismo ha creado un ambiente “de polarización de ricos
contra pobres, de buenos contra malos”.
En la Legislatura, causaron rechazo los términos con los cuales Carondelet redactó la carta para retirar las propuestas de plusvalía y herencias. “Grupúsculos” fue la palabra para referirse a los sectores que protestaron días atrás. El opositor Diego Salgado (Creo) la calificó como una “carta malcriada” y que el término se suma a otros acuñados por el Primer Mandatario contra quienes lo cuestionan.
La Comisión de Régimen Tributario se reunió ayer para conocer la carta que llegó la noche del lunes desde Carondelet. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO.
Para Hernández hay un extremado “apetito político” de los representantes de la derecha que buscan protagonismo electoral. Además, lamenta la dispersión de los opositores y la falta de propuestas.
Por su parte, la primera vicepresidenta de la Asamblea, Rosana Alvarado, sostiene que no se puede validar una estrategia de diálogo dependiendo si participa o no la oposición. Ratifica que conversarán con el 98% del país y que con la oposición resolverán las cuentas en el 2017, en las urnas.
Un tema que sorprendió en la Legislatura fue el cambio de tono entre el discurso de la mañana y el de la noche del lunes de Correa. Ramiro Aguilar (Concertación) compara la actitud del Primer Mandatario con la descrita por Robert Louis Stevenson en la novela ‘El doctor Jekyll y el señor Hyde’ (un libro que hace referencia a un caso de una misma persona con dos identidades opuestas). Para Aguilar, el Primer Mandatario representa una forma tradicional de hacer política: “insulto, descalificación, tener un oponente enemigo y, además, el doble discurso”.
Hasta el momento, Alianza País no establece la ruta que tendrá este diálogo con los sectores ciudadanos. Entre tanto, ayer en Quito y en Guayaquil ocurrieron nuevos plantones en contra del Régimen.
Alcaldes piden archivo
Los alcaldes de Quito, Mauricio Rodas, y de Guayaquil, Jaime Nebot, coincidieron en que es necesario que los proyectos de plusvalía y herencias se archiven definitivamente.
Nebot dijo que al oficialismo no le interesa la paz “en función de Francisco, sino en función de Rafael Correa”. Calificó el retiro de las normas como un engaño “para ver si la gente se desactiva en la calle y después viene, como se dice vulgarmente, el entuque”.
El Alcalde de Quito señaló que la demanda ciudadana fue clara desde un inicio. Por ello, ayer en su enlace radial, pidió que los dos proyectos de ley que causaron los plantones desde el lunes pasado se archiven de manera definitiva.
Manifestaciones siguen
Mientras tanto, las manifestaciones a favor y en contra del Régimen se repitieron ayer en varias ciudades. En Quito, un masivo grupo que portaba banderas del Ecuador y negras se concentró en la avenida De los Shyris.
Lanzaron consignas contra la reelección indefinida, por el archivo total de los proyectos de impuestos y luego se movilizaron hacia el edificio del Consejo Nacional Electoral en donde gritaron “no al voto electrónico”.
En Guayaquil, en cambio, contrarios al Gobierno hicieron un plantón de una hora, con un lienzo puesto como soporte para captar las inconformidades de los ciudadanos.
A su vez, los parques centrales de las ciudades de Cuenca, Loja y Ambato congregaron a protestantes tanto oficialistas como opositores. Para evitar confrontaciones, los simpatizantes del Gobierno optaron por reunirse en su sede provincial. Para la tarde de hoy se tienen previsto un plantón y una marcha en el Centro Histórico.
En contexto
La Comisión de Régimen Tributario de la Asamblea Nacional resolvió ayer excursarse de continuar el tratamiento del proyecto urgente de Redistribución de la Riqueza. Lo hizo al amparo de los artículos 76 y 135 de la Constitución y el respectivo principio jurídico.