Lenín Moreno, presidente de la República, durante una reunión en Perú. Foto: EFE
Al hojear el álbum de fotos de la niñez, los recuerdos vienen a la memoria. Seis adultos, conocidos en el mundo de la política, los derechos humanos y el deporte, aseguran que conservan varias características de esa etapa de sus vidas. A propósito del 1 de junio, cuando en Ecuador se conmemora el Día del Niño, compartieron con EL COMERCIO esas sonrisas, esos gestos y esas miradas, que pese a los años, reflejan aún sus rostros maduros.
Silvia Buendía, la abogada y activista a favor de los derechos de mujeres y Lgbti, tiene 3 años en la foto. Era 1971, dice. En esa época, en la radio sonaba ‘Yo soy rebelde’ de Jeanette. A pesar de que era una balada triste, ella la cantaba a gritos y exultante. “Era mi himno porque para mí significaba libertad, y la libertad era sinónimo de alegría. Hoy en mi corazón sigue sintiendo la dicha de ser rebelde, y de ser feliz de serlo”.
La concejala de Quito, Luz Elena Coloma, tenía 6, en la toma, en la que aparece junto a Zabalú, el perro de sus abuelos. Ella no ha perdido ese amor por los animales, en especial por los perros, y claro, su gran curiosidad.
Al presidente de la República, Lenín Moreno, esa fotografía le trae a la mente la celebración de la Navidad, en la escuela. Cuenta que siempre fue un buen alumno, “porque me gustaba estudiar y estaba enamorado de mi profesora”. Recuerda a todos sus compañeros, en especial a uno, que dibujaba muy bien. “Los niños no sienten envidia ni rivalidad, solo la ilusión de jugar y compartir el sueño de crecer. Es la edad para creer que la vida es solo eso, un transcurrir diario simple, fácil de llevar, amando a los demás”.
María Paula Romo, abogada, exasambleísta y ministra del Interior y de la Política, muestra dos fotos. Pero en una en especial tiene la misma sonrisa de ahora. ¿Era traviesa? No, responde. “Súper tranquila. Súper vieja. Sabía todo, me metía en todas las conversaciones, preguntaba sin parar”.
La legisladora del PSC- Madera de Guerrero, Cristina Reyes, sostiene que al ver los ojos de la niña que fue reconoce cualidades que mantiene y que cuidará: capacidad de soñar, explorar y deslumbrarse con las cosas simples del día a día, con la magia de las situaciones normales. “Los niños se maravillan con una comida, con el abrazo de sus padres; desbordan pureza. Al crecer nos vestimos con máscaras y nos volvemos fríos y calculadores. Trato de que no me pase, de cuidar a mi niña interior”.
Antonio Valencia, la estrella del fútbol ecuatoriano, que se despidió de Inglaterra tras diez años de triunfos en el Manchester United, aún sonríe cuando recuerda su tierra, su querido Sucumbíos. Así como cuando era niño, el fútbol sigue siendo su pasión, su inspiración, su motor y su alegría.
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