Andrés Madero, ministro de Trabajo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Entrevista a Andrés Madero, ministro de Trabajo
¿Cuál es su evaluación del mercado laboral en el 2019, un año de contracción económica?
Desde hace algún tiempo la tasa de desempleo se ha estabilizado en alrededor del 4%, mientras en la región promedia el 8%. Hay que tener en cuenta dos factores que han incidido en el tema de empleabilidad: la migración de 500 000 venezolanos, que ha ocasionado un deterioro de los indicadores laborales, y las 160 000 personas que se incorporan cada año a la población económicamente activa en busca de un empleo.
¿Hay otros factores que expliquen el deterioro del empleo adecuado?
Puede haber otros factores económicos, pero los indicadores se han estabilizado, es decir, no han tenido variaciones significativas.
En las calles de Quito o Ambato se siente más el deterioro laboral. ¿Cómo enfrentar esa situación en el nuevo año?
En esas dos ciudades hay esa realidad, pero también hay que ver que en Guayaquil y en Cuenca aumentó el empleo adecuado. El Gobierno ha planteado una estrategia de reactivación económica que permitirá generar nuevas fuentes de empleo. Por eso planteó la Ley de Simplificación Tributaria, el apoyo de la banca pública para impulsar la inversión de artesanos y empresarios pequeños y grandes. Trabajamos en reformas laborales que faciliten el ingreso a un empleo. Hemos realizado más inspecciones laborales en el último año. En el 2018 se realizaron 15 605 inspecciones de trabajo y el año pasado fueron 26 837.
¿En qué medida ayuda al empleo el hacer más inspecciones?
En mayo del 2017, en el Ministerio de Trabajo teníamos 1 980 596 contratos de trabajo vigentes. En diciembre pasado se registraron 2 435 973 contratos vigentes. La diferencia no significa nuevos empleos, pero sí evidencia el control del Ministerio para formalizar el empleo y proteger los derechos de los trabajadores, para que tengan acceso a la protección social.
Para el 2020 se prevé que el crecimiento económico no alcanzará para absorber la nueva mano de obra que ingresa al mercado laboral. ¿Eso se traducirá en un deterioro del empleo?
Los factores que afectan el crecimiento no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Ese ciclo hay que romperlo a través de varias acciones y ya lo estamos haciendo, generando un mejor clima de estabilidad política y económica. Es importante que los inversionistas sientan seguridad jurídica, tributaria, en un clima de democracia.
Parte de la seguridad jurídica es tener certeza, por ejemplo, sobre cómo definir el alza salarial cuando no haya acuerdo entre empresarios y trabajadores. En la actualidad hay mucha discrecionalidad del Gobierno sobre este tema.
El salario básico impacta en el 15% de los trabajadores, quienes este año recibirán USD 400 mensuales, aunque en realidad serán USD 516 considerando los décimos y aportes. En la normativa del país hay convenios internacionales como el 131 de la OIT, que habla de la fijación del salario básico. Para este año se tomó en cuenta la inflación y el crecimiento proyectado, con el fin de precautelar el poder adquisitivo del salario y que el crecimiento económico también se vea reflejado a favor de los trabajadores.
El Convenio 131 de la OIT establece más parámetros que no se consideraron.
Se pueden incluir cuando corresponda a la realidad económica del país, precautelando las fuentes de empleo.
¿No es mejor definir claramente los criterios para el alza salarial y evitar la discrecionalidad del gobernante de turno?
En el Consejo Nacional de Trabajo se plantearon unos cambios para tener una proyección por un período mayor. Trabajamos en eso.
¿Cuánto puede ayudar a la generación de empleo la reforma laboral que está en camino?
Con leyes no se aumenta el empleo, pero la reforma laboral ayudará a generar un mejor clima para generar empleo, lo cual va de la mano con la reforma tributaria, con la inversión de la banca pública en favor de pequeños empresarios, con la eliminación de trabas tributarias, la simplificación de trámites, la reducción de impuestos, etc. Todo eso forma parte de la reactivación económica y generación de empleo en el país.
¿En qué etapa está la reforma laboral y cuándo se enviará a la Asamblea?
La reforma laboral está consensuada entre varios sectores y actores sociales. La decisión de enviarla a la Asamblea está en manos del Presidente.
¿En este año?
Eso le corresponde al Presidente de la República.
¿Cómo está el escenario político para que se apruebe esa reforma?
El consenso en el país es que se requieren reformas laborales que permitan incorporar a más personas al mercado de trabajo, con plenitud de derechos. Ese es el principal acuerdo entre empleadores y trabajadores. Estoy seguro de que en la Asamblea habrá la apertura para aprobarla.
¿La reforma contendrá básicamente los cuatro temas que se acordaron en el Consejo de Trabajo?
Son los temas principales. Puede haber más y eso le corresponderá decidir al Presidente de la República. Pero los objetivos básicos son la generación de empleo, la formalización de los contratos, la protección de derechos, la incorporación de más trabajadores a la protección social y la equidad de género. La reforma laboral jamás irá en contra de los derechos de los trabajadores, es decir, no se van a eliminar los decimotercero o cuarto sueldos, la afiliación a la seguridad social o la participación en las utilidades.
Trayectoria.
Es abogado por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, con experiencia en temas societarios, tributarios y laborales. Antes de ser Ministro de Trabajo se desempeñó como Viceministro de esta Cartera, Subsecretario de Evaluación y Control del Servicio Público y Subsecretario de Fortalecimiento del Servicio Público.