Alexandra Córdova, madre de David Romo, señaló que la sentencia al ayudante del bus en el que fue visto por última vez su hijo no responde a la desaparición de su vástago. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La sanción que recibió José Luis M. es la pena mínima: seis meses de cárcel por ocultar el celular robado de David Romo, estudiante universitario que desapareció el 16 de mayo del 2013.
30 meses han transcurrido desde que Romo, ahora de 23 años, saliera de clases en la Universidad Central, tomara un bus para su casa en la Mitad del Mundo, hacia el norte de Quito, y se perdiera su rastro.
La sentencia se conoció la tarde de este lunes 30 de noviembre de 2015, luego de que el Tribunal Primero de Garantías Penales de Pichincha reinstalara la audiencia de juzgamiento por ocultación de cosas robadas en contra de José Luis. El sospechoso es el ayudante del controlador en el bus donde fue visto por última vez el joven.
Nueve testigos fueron convocados para esa diligencia. El fiscal aseguró que el procesado usó el celular de Romo los días posteriores en los que no volvió a su casa.
“Cuando todos buscaban a mi hijo, él (José Luis) tenía su celular y se quedó callado”, dijo Alexandra Córdova, madre del joven.
El fiscal del caso aseguró que el procesado usó el celular de Romo los días posteriores de su desaparición.
El abogado del procesado sostuvo ante los jueces que el hermano de José Luis, quien era el controlador en el bus que iba Romo, fue quien le entregó el celular y que su defendido desconocía su origen ilícito.
Pero tras pronunciar la sentencia, el abogado del ayudante solicitó a los jueces que se le aplicara la suspensión condicional de la pena.
Esto es una figura legal que permite a una persona sentenciada a cárcel no ir preso y, en su lugar, completar la sanción impuesta con trabajo comunitario, pago de una indemnización u otras actividades.
Esto se aplica siempre que la persona procesada no tenga antecedentes judiciales y la pena del delito sea leve.
En este caso, el Código Orgánico Integral Penal sanciona entre seis meses y dos años de cárcel a la persona que oculte, guarde o venta objetos robados.
Para Alexandra Córdova esta sentencia no responde sus dudas sobre qué pasó con su hijo la noche que desapareció y sobre todo dónde está. “Qué pasó en el bus, por qué se quedaron con el celular de David”, dijo.
La Policía y la Fiscalía investigan este caso desde hace dos años y medio incluso hay una recompensa de hasta USD 200 000 por información verificable que ayude a encontrarlo.