La Comunidad Andina cumple 50 años con la mira puesta en el futuro

Representantes de los países miembros de la Comunidad Andina (CAN) durante la firma de un convenio, el 24 de mayo del 2019. Foto tomada de la cuenta Twitter @SUNATOficial

Representantes de los países miembros de la Comunidad Andina (CAN) durante la firma de un convenio, el 24 de mayo del 2019. Foto tomada de la cuenta Twitter @SUNATOficial

Representantes de los países miembros de la Comunidad Andina (CAN) durante la firma de un convenio, el 24 de mayo del 2019. Foto tomada de la cuenta Twitter @SUNATOficial

La Comunidad Andina (CAN), el organismo de integración conformado por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, cumple, el 26 de mayo del 2019, 50 años con la mira puesta en el futuro y sin que se hayan cumplido los augurios que la dieron por muerta antes de tiempo.

Para estas bodas de oro habrá una cumbre presidencial este 26 de mayo en Lima, donde está ubicada la secretaría general de la CAN, con los mandatarios de los cuatro países: el boliviano, Evo Morales; el colombiano, Iván Duque; el ecuatoriano, Lenín Moreno, y el peruano, Martín Vizcarra.

En la reunión presidencial se suscribirá una declaración conjunta y también se hará el traspaso de la presidencia pro tempore del organismo a Bolivia.

Antes se celebrará una reunión de ministros de Relaciones Exteriores donde también participará el secretario general de la CAN, Jorge Pedraza.

A despecho de solo reunir a cuatro países, el sistema andino de integración ha mostrado una sorprendente solidez que le ha permitido afrontar con éxito crisis que se han presentado a lo largo de los años, entre ellas las salidas de Chile y Venezuela.

Una mirada externa hace pensar en un organismo con poca relevancia internacional, pero la CAN mantiene una posición estratégica clave a nivel intracomunitario, donde es fuente de una muy dinámica y efectiva Zona de Libre Comercio.

Aunque las crisis hicieron augurar a muchos el fin de este proceso de integración, en pro de otras propuestas regionales, este no solo ha permanecido en el tiempo sino que ha salido bien parado si se le compara con otras apuestas como la ahora casi extinta Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Se mantiene también en vigencia tras la aparición de experiencias comerciales exitosas como la Alianza del Pacífico, de la que forman parte sus socios Perú y Colombia, junto con Chile y México.

La CAN ha sabido sobreponerse a diferencias ideológicas para imponer una visión centrada no solo en el intercambio comercial, sino en el apoyo mutuo para el desarrollo, que bien puede marcar el camino para proyectos integradores de mayor ámbito.

A tono con esa visión, Pedraza afirma que la apuesta inmediata es llegar con mayor énfasis a los 110 millones de ciudadanos de sus cuatro países, así como fortalecerse con el regreso pleno de Chile y Venezuela.

La CAN también buscará avanzar hacia otros "nichos y mercados", dándole impulso a las exportaciones y la producción regional en los mercados globales.

Los últimos reportes ofrecidos por el organismo indicaron que las exportaciones de los países miembro al mundo durante 2018 llegaron a USD 119 317 millones de dólares, lo que implicó un crecimiento de 11,4% con relación al año anterior.

El año pasado las exportaciones de Colombia al mundo crecieron en 13,4% (USD 41 831 millones por monto total), las de Bolivia en 13,3% (USD 9 013 millones), las de Ecuador en 13% (USD 21 623 millones) y las de Perú en 8,6% (USD 46 850 millones).

Ante estas cifras, el secretario general afirmó que el constante crecimiento de las exportaciones andinas al mundo demuestra el dinamismo comercial de sus países y la fortaleza del organismo.

Este mes, durante una presentación en el Congreso peruano, Pedraza resaltó que la Zona de Libre Comercio permite que el total de sus productos circule sin pagar aranceles y con normativa andina, supranacional y de aplicación directa entre los miembros.

Precisamente, el organismo nació en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias en 1969 con un espíritu integrador panandino que buscaba llegar a todo el espacio geográfico que abarca la imponente cordillera que atraviesa Sudamérica.

El Pacto Andino, también conocido como Acuerdo de Cartagena, fue suscrito ese año por Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, mientras que Venezuela se incorporó en 1973.

Chile lo abandonó en 1976, durante la dictadura de Augusto Pinochet, mientras que Venezuela anunció su retirada en 2006, después de que Hugo Chávez aseguró que la CAN estaba "herida de muerte" por las negociaciones de acuerdos de libre comercio que emprendieron Colombia y Perú con Estados Unidos.

En marzo de 1996, durante una cumbre celebrada en la ciudad peruana de Trujillo, se decidió que el Pacto Andino pasara a llamarse Comunidad Andina (CAN), una medida que entró en vigor en 1997, y se emprendieron profundas reformas para darle un giro político y social al bloque, con su Secretaría General establecida en Lima.

El gran logro del organismo fue la creación de su Zona de Libre Comercio, en funcionamiento desde 1993 y completada en enero de 2006, cuando Perú finalizó el proceso de desgravación arancelaria.

La CAN también estableció como prioridad el desarrollo equilibrado y armónico de sus miembros en condiciones de equidad, incorporando así la vertiente social, por lo que en 2003 se creó el Plan Integrado de Desarrollo Social.

En agosto de 2011, los cancilleres anunciaron el inicio de un proceso de reingeniería del organismo y aprobaron siete normas para fortalecerlo en áreas de participación ciudadana, medioambiente, cooperación y relaciones externas.

La Comunidad Andina afronta ahora el desafío de modernizarse y dinamizarse para consolidar durante estos años avances concretos en infraestructura, en materia social y económica, lograr su reposicionamiento institucional y reforzar la difusión de los derechos ciudadanos en los países que la integran.

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