El velorio de Rosa Camas se realizó ayer en la parroquia cuencana de Nulti. Foto: Xavier Caivinagua/PARA EL COMERCIO
Decenas de familiares y amigos asistieron ayer, jueves 6 de abril de 2017, al sepelio de Rosa Camas, de 42 años, que fue asesinada la noche del martes. Su deceso aumentó el temor en Cuenca, pues es la tercera muerte violenta en dos semanas.
El velatorio se realizó en el barrio Llatcun, en la parroquia de Nulti. Allí, los parientes recordaron que Camas murió por un disparo en el pecho, mientras cruzaba por un bosque, cuando regresaba a su casa.“Este asesinato no debe quedar en la impunidad. Los cuencanos estamos frente a una ola de hechos violentos y vivimos intranquilos porque alguien anda suelto”, dijo su tía Dolores Zambrano.
No hay detenidos por este hecho ni por la muerte de Maybelline Ocampo, de 41 años, quien fue asesinada de un disparo, el pasado 31 de marzo, cuando se dirigía a su trabajo en el zoológico Amaru, ubicado en el km 35 de la vía Cuenca-Azogues.
Ambos casos tienen elementos en común. Por eso, la Policía no descarta que podría tratarse del mismo autor. El cuerpo de Ocampo fue hallado la tarde del 31 de marzo, cuando unos obreros limpiaban un derrumbe cerca del zoológico Amaru.
A diario, ella subía sola por un empinado camino de tierra. En la zona no hay viviendas. De acuerdo con la autopsia, falleció por un disparo que le impactó en el tórax.
Según su hermano, Rildo Ocampo, la mujer fue atacada cerca de las 08:30, cuando iba a cumplir con sus tareas. “Busco una respuesta, porque mis sobrinos se quedaron sin madre y sin el sustento que ella daba”, se lamentó.
En ese mismo sector,tres días después de la muerte de Ocampo, el cuencano Jorge Nasqui, de 47 años, fue herido de bala. Él se dirigía hacia el barrio Reina del Cisne, en la parroquia de Paccha.
Nasqui dijo que en el camino apareció un desconocido quien le disparó en el cuello con una cartuchera y le quitó sus pertenencias. Él fue auxiliado inmediatamente por los vecinos de la zona y los médicos del hospital del IESS le salvaron la vida.
La Policía y los moradores recorrieron el bosque cercano, buscaron al sospechoso y entre los matorrales hallaron los documentos de Maybelline Ocampo. Los papeles estaban a pocos metros de la zanja donde ella fue encontrada sin vida.
Estos hechos hicieron que la mañana de ayer se reuniera el Consejo de Seguridad Ciudadana de Cuenca. La convocatoria fue hecha el miércoles y tras una primera reunión, que duró cerca de tres horas, no se llegó a una conclusión. La idea era determinar las estrategias que se implementarán ante la inseguridad que se vive.
Por eso, los representantes de la Gobernación, Policía, Municipio, Ejército y Fiscalía se citaron otra vez a partir de las 17:00 de ayer.
Antes de la cita de la mañana, el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, aseguró que estos no son casos aislados y que afectan a la imagen de la ciudad.
“En Cuenca está pasando algo grave. La Policía, al ser la encargada de la seguridad de los ciudadanos, debe responder sobre las acciones que está realizado sobre este tema”.
De acuerdo con datos de la Fiscalía, durante todo el año pasado se registraron 23 muertes violentas.
En lo que va de este año, en Cuenca se han registrado 13 hechos similares. De ese número, dos son investigados como femicidio.
En esa lista está el caso de una ciudadana extranjera que perdió la vida violentamente antes de Carnaval.
Además, está el de Cristina Palacio, quien la semana pasada fue declarada desaparecida y este lunes fue hallada muerta en el río Paute, sector de Las Monjas, en el cantón azuayo de Guachapala. Antes, un hombre se atribuyó el ataque y ahora él se encuentra con prisión preventiva durante 90 días.
La familia de Camas quiere que se aclare qué ocurrió exactamente. Ella fue asesinadae en un bosque cercano al distribuidor de tránsito del puente Guangarcucho, en la vía Cuenca-Azogues.
Según testigos, ella se bajó del bus y debía caminar unos 100 metros para encontrarse con su hijo, Adrián Landy, que la esperaba siempre.
Él relató que ella no apareció en la parte baja del bosque. Diez minutos después vio a un hombre alto, vestido de negro, que cruzó rápido. Eso le inquietó, ingresó al sendero y encontró el cuerpo de su madre sin vida.