Los vendedores informales ofertan sus productos a las personas que hacen fila. Foto: Fabián Maisanche / EL COMERCIO
Las aglomeraciones de personas, el comercio informal, el abandono del aislamiento obligatorio, la congestión vehicular y el desorden en los mercados son las mayores complicaciones que tienen Ambato, Cuenca, Ibarra, Esmeraldas y Santo Domingo.
Estos son un obstáculo para las autoridades municipales y de salud, que no pueden impedir la propagación del covid-19 y hacer cumplir las restricciones, que se mantienen en esta etapa de distanciamiento social con semáforo rojo en todo el territorio.
166 cantones notificaron que durante este mes estarán en rojo, mientras que Cuenca, Machala y Santo Domingo anunciaron que será hasta el 10 de mayo. Otros 15 cantones se irán hasta el 11 de mayo y 18 lo estarán hasta el 17 de mayo. El resto tiene fechas indistintas. Dos días antes de esos plazos, los Comités de Operaciones de Emergencia cantonales deben informar si continúan en ese color o pasan al amarillo o verde.
¿Qué puede suceder en estas semanas de semáforo rojo?, se le preguntó el viernes pasado a la ministra de Gobierno, María Paula Romo. Ella respondió que con el transcurso de las semanas pueden pasar muchas cosas: “puede verse un desacato de la población, ya que su realidad no soporta el aislamiento; se respeta el aislamiento; pueden quebrar negocios o haber más violencia en las casas; pueden activarse mecanismos de solidaridad; depende de cada lugar y de las acciones que se emprendan”.
En ese contexto, el ECU-911 informó ayer 5 de mayo del 2020 que el porcentaje de circulación más alto lo tuvo Ibarra, con 53,3%. Le siguieron Loja, Machala, Santo Domingo y Quito.
En Santo Domingo, las aglomeraciones en los barrios y cooperativas de viviendas se reportan a diario al ECU-911. Ocurren a partir de las 16:00, según denuncias de los vecinos que piden a la Policía que intervenga.
La gente juega voleibol, fútbol y barajas en las parroquias urbanas Bombolí, Santo Domingo de los Colorados y Rioverde, donde está la mayoría de pacientes contagiados con el virus.
En Ambato, el comercio impide el distanciamiento
El distanciamiento interpersonal es un cometido difícil de cumplir en Ambato, debido a la intensa actividad comercial que se desarrolla en 12 cuadras del centro de la urbe. En este espacio se encuentran ocho agencias bancarias, 18 cooperativas de ahorro y crédito, tres parques, dos mercados, restaurantes, panaderías y farmacias. Además, hay almacenes de ropa y de pañales que comenzaron a ofertar trajes de bioseguridad.
Los vendedores informales también frecuentan este sector. Las personas, que hacen fila en las instituciones financieras, o hacen trámites son sus clientes.
Los comerciantes caminan con mascarillas, ropa, accesorios de celulares, alimentos y comida preparada; otros limpian los vidrios de los autos o piden dinero. En esas cuadras no se ven muchos policías municipales o agentes de tránsito.
La Intendencia de Policía de Azuay y otras entidades realizaron operativos. Foto: Cortesía
Cuenca aún no resuelve el desorden en mercados
Con operativos se busca que haya orden en los exteriores de los mercados de Cuenca. Ayer 5 de mayo, los comerciantes se tomaron la vía rápida Cuenca-Azogues, con sus camiones, cerca de la plataforma itinerante de Narancay, en el sureste de la urbe.
Según el intendente, Jorge Cabrera, se requirió de un importante contingente policial para retirar los camiones y camionetas de los comerciantes. Hubo el apoyo del personal de la Guardia Ciudadana, Comisión de Tránsito del Ecuador y agentes de tránsito.
La semana pasada se registró el mismo problema en la zona de Medio Ejido (al sur). Las aceras y parte de la vía se convirtieron en un mercado. Hubo reclamos de los vecinos.
Ayer, se cumplió la reapertura parcial del mercado El Arenal (el más grande de Cuenca). Fue cerrado el 6 de abril por el desorden.
Las personas salen a las calles muy temprano a la zona comercial de Ibarra. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO
Más personas y carros, en las calles de Ibarra
El aislamiento obligatorio o cuarentena no se cumple y la congestión vehicular es un problema constante en Ibarra.
Este comportamiento se acentuó desde el inicio de esta semana, cuando empezó la fase de distanciamiento social en el país.
El embotellamiento se siente más en nueve manzanas del centro de la ciudad. Según Juan Manuel Mantilla, gerente de Movildenor, el problema se relaciona con el elevado número de vehículos. La entidad indica que hay 48 000 carros para 200 000 habitantes. Como el cantón es un eje comercial de la región norte hay un aumento vehicular.
La alcaldesa Andrea Scacco señala que debe existir una responsabilidad compartida de las personas que salen a la calle. “Las autoridades hacemos todo lo posible, pero también depende de la disciplina de la gente”.
Los vendedores de frutas recorren las calles céntricas de la urbe esmeraldeña. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
La informalidad ha crecido en Esmeraldas
En las calles de Esmeraldas se encuentra desde papel higiénico, ropa, relojes, accesorios para teléfonos, huevos, pescado, camarón y verduras. Son 10 cuadras de la ciudad.
Daniel del Castillo, de la Cámara de Comercio, dice que la informalidad se debe a las restricciones para ingresar al mercado y al cierre de más de 50 negocios de los alrededores de ese centro, como prevención del covid-19.
Quienes vendían pescado, langostinos y verduras se lanzaron a las calles en sus carretas para no dejar de trabajar.
La reciente cosecha de limón y naranja también ha puesto 100 vendedores en las calles. “Vemos que mucha gente que trabajaba en pesca y construcción ha salido a las calles a buscar qué vender, mientras se reactivan sus áreas de trabajo”, señala Roxana Benítez, catedrática de la PUCE en esta ciudad.