Por los trabajos para la peatonalización del tramo que une a las calles Flores y Manabí se cerró el paso vehicular. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO.
Casi tres décadas después de la propuesta inicial para la peatonalización del Centro Histórico, se suma un tramo más a los seis existentes. Hace 11 días comenzaron los trabajos en las calles Flores y Manabí, alsureste de la Plaza del Teatro.
La transformación paulatina que tiene este sitio forma parte del programa de bulevares y dinamización de espacios públicos de calidad, que propone la actual administración municipal. Allí está, por ejemplo, la recuperación de la Plaza Chica (se entrega hoy) y la colocación de jardineras, con bancas adjuntas, en la calle Sucre, entre García Moreno y Benalcázar.
Con la peatonalización del tramo Flores-Manabí, cerca de 190 metros, se pretende mejorar el entorno cultural del sector, generado por la presencia de los teatros Sucre (con un aforo para 800 personas) y Variedades (250), y la misma Plaza del Teatro.
Con esto, aseguró Jhofre Echeverría, administrador de la Zona Manuela Sáenz, se crean espacios de encuentro ciudadano y se mejora parte de la problemática del Centro.
El sector de la Plaza del Teatro siempre estuvo en la agenda de los administradores del Centro Histórico, en los diferentes períodos municipales. Esto ocurre porque se trata de un lugar emblemático y por el equipamiento que posee. Además, no ha estado alejado de problemas sociales como la prostitución, la indigencia y la inseguridad ciudadana.
Pese a ese potencial, la movilidad peatonal no tenía las facilidades del caso. Por ejemplo, el paso de las unidades del Trolebús, que transitan por la Flores, ponía en riesgo a los peatones, pues al virar hacia la Manabí ocupaba parte de la acera. A esto se sumaban la vibración de los articulados y la polución que afecta a transeúntes, comerciantes y edificaciones.
Dentro de los trabajos, que seguirán la próxima semana, comenzará la construcción de una plataforma peatonal, con recubrimiento de piedra. Antes de esto, se retirará la parada del trole ubicada en la calle Manabí y se desarmará el cableado eléctrico de la Flores. También se realizará el soterramiento de cables y arreglos del alcantarillado. La obra tiene un cronograma de 90 días.
Pero este proyecto genera interrogantes entre los comerciantes del sector. Estela Jiménez, de La Casa del Celular, dijo que el comercio bajará y el sitio quedará “botado”. En cambio, Magdalena Carrera, del Restaurante Criollo, indicó que con la peatonalización “mejorarán los ingresos de los negocios, porque la gente que camina acostumbra a mirar y a entrar más en los locales”.
Esta última opinión fue ratificada por Hernán Orbea, urbanista y docente universitario: “Hay una idea errónea respecto de que la peatonalización significa muerte comercial, lo que ocurre es que se reacomodan los giros de negocio”.
El especialista admitió que la peatonalización da más vigencia y valor al Centro Histórico, más oxigenación y lo vuelve un sitio cívico, para que la gente vuelva y se quede a habitarlo. Además, es un tema al que se lo debe “tomar por los cuernos y no limitarse a peatonalizar tramos pequeños como la Junín, sino distancias que representen un real cambio en la movilidad del Centro, que lleva a un protagonismo del peatón”.
Sobre la Flores, se construye la Plaza Huerto San Agustín, obra del Gobierno central que se terminará en cinco meses. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Avances en San Agustín
Este nuevo espacio peatonal tendrá conexión con la Plaza Huerto San Agustín (Mejía, entre Guayaquil y Flores), un proyecto que forma parte de la Revitalización del Centro Histórico emprendido por el Gobierno Nacional, que cuenta con la respectiva aprobación municipal. En el sitio, ayer, nueve obreros realizaban trabajos para encauzar provisionalmente las aguas lluvias, luego del derrocamiento del Centro Comercial San Agustín.
La próxima semana empezarán la excavación y la cimentación. Para esta fase se establecerán tres turnos, cada uno de 15 o 20 personas, para laborar las 24 horas. De acuerdo con el cronograma, la Plaza Huerto San Agustín estará lista en cinco meses, contados desde el arranque la obra.
Orbea dijo que estos proyectos son un síntoma de “recuperar la ciudad para el ciudadano”. Es que, como reiteró, “cuando caminamos somos atentos al valor del detalle, es una especie de reconquista que además produce efectos culturales importantes de la ciudad”.
En contexto
La transformación paulatina del Centro Histórico de Quito va de la mano del mejoramiento de los espacios públicos de la zona, destinados a que la mayoría de espacios, incluyendo las calles, tengan un uso exclusivo del peatón. Este proceso lleva tres décadas.