La crisis de contratistas de Río Napo se agudiza por falta de pago

Proveedores de la firma Río Napo protestaron ayer en las inmediaciones del campo Sacha, que opera la compañía. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Proveedores de la firma Río Napo protestaron ayer en las inmediaciones del campo Sacha, que opera la compañía. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Proveedores de la firma Río Napo protestaron ayer en las inmediaciones del campo Sacha, que opera la compañía. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Tras conocerse de la liquidación de la compañía de economía mixta Operaciones Río Napo, conformada por Petroamazonas y la estatal venezolana Pdvsa, proveedores del cantón Joya de los Sachas (Orellana), que reclaman valores pendientes a la firma, tienen incertidumbre de cómo van a cobrar sus dineros.

Por esta razón, ayer, unas 400 personas entre proveedores impagos y comuneros del sector iniciaron protestas a las afueras del campo Sacha, operado por la compañía, pidiendo el pago de compromisos atrasados de la compañía.

Sacha es uno de los campos productivos estatales más importante del país, con una producción diaria de 72 000 barriles (promedio de enero a junio del 2016), según datos de Petroamazonas.
Entre los manifestantes se encontraban propietarios de negocios como representantes de comunidades.

Alba Gallardo, presidenta de la Cámara de Comercio del cantón Joya de los Sachas, calculó que lo adeudado a cerca de los proveedores asciende a unos USD 40 millones. Roque Pontón, dirigente de la comunidad, aseguró que desde 2008 Petroecuador y desde 2011 Río Napo les adeuda compensaciones por temas ambientales. Entre las dos empresas, el monto asciende a USD 10 millones, según Pontón.

Los incumplimientos de la firma, según los proveedores, han causado un efecto dominó de atrasos desde las firmas más grandes hacia las más pequeñas. Por ejemplo, a la constructora Velastegui se le adeuda más de USD 4 millones desde hace más de un año, según su gerente general, Édison Velastegui. Para cumplir con los contratos de Río Napo, dijo Velastegui, subcontrataban a otras firmas del área mecánica o eléctrica, que a su vez, contrataban a hoteles, ferreterías, etc. Debido a los atrasos de Río Napo, esta empresa debe a otras compañías cerca de USD 1,5 millones.
“Es un efecto en cadena y genera un problema de iliquidez para todo el cantón”.

Para tratar de cumplir con sus deudas, la constructora ha solicitado créditos bancarios y ha reducido su personal en un 50%, lo que representa 100 personas menos en nómina.

La Constructora Velastegui atribuye a la falta de pago del Estado un haber pendiente de USD 450 000 a su subcontratista Cysconseroil, una firma que ofrece servicios de ingeniería mecánica.

Leonel Correa, administrador de Cysconseroil, sostiene que la constructora no le paga desde mediados del año pasado. “Hemos despedido a casi el 80% del personal. Al momento tenemos coactivas con el Servicio de Rentas Internas (SRI), coactivas con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), pagos pendientes con los trabajadores y estamos a la espera para cumplir con nuestras obligaciones”, declaró Correa.

Negocios que ofrecían el servicio de comida y transporte a las empresas que operaban en el campo Sacha también sienten los problemas debido a los atrasos de pagos.

Inés Mendoza, propietaria de servicios de catering y movilización Inés Alejandra, señaló que se le adeuda USD
114 000 desde hace más tres años. “Hemos tenido que vender alguna propiedad para pagar las obligaciones tributarias al Estado”, añadió Mendoza.

Juan Carlos Ordóñez, propietario de la empresa Work Industry, de implementos de seguridad industrial, también llegó al campo Sacha para reclamar valores pendientes.

A su empresa, que distribuye ropa de trabajo, cascos, botas, etc., le deben USD 70 000. Él mantiene contrato con tres empresas que trabajaron para Río Napo y no logra cobrar el monto desde hace más de un año y medio. “He tenido que despedir a gente, vender mis propiedades y vehículos para poder pagar mis deudas”, aseguró Ordóñez.

En la tarde, los proveedores y comuneros se mantenían a la espera de una respuesta por parte de las autoridades. La inquietud es grande porque conocieron que, tras ocho años de operaciones, el 31 de julio del 2015 la Superintendencia de Compañías declaró a Operaciones Río Napo como compañía inactiva y el 5 de abril del 2016 inició su liquidación.

Este Diario solicitó ayer, vía correo, un pronunciamiento al Ministerio de Hidrocarburos y Petroamazonas sobre el tema, pero no hubo respuesta hasta el cierre de esta edición.

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